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Sellan mujeres pacto por la civilidad democrática

Por Sara Lovera

En una coyuntura considerada como la crisis más severa de la incipiente transición a la democracia en México, 30 mujeres de la élite del poder, de las más distintas denominaciones partidarias e ideológicas sellaron en Zacatecas, un pacto por la civilidad democrática; se propusieron exigir a los partidos políticos un piso básico de reinvidicaciones para las mujeres en el 2006 y mantener vivo el diálogo plural, democrático y creativo.

Mujeres que se conocen, cuyo signo ha sido el diálogo, rechazaron el empobrecimiento de la escena política, dijeron no a la confrontación, a la polarización y se dispusieron a trabajar por la transformación de la vida de millones de mujeres que viven y sufren los estragos de una política económica injusta y desalentadora.

Su sola presencia como dijo una de ellas, le puso luz a este momento oscuro de la historia. Y coincidieron: la reforma del Estado, desde una perspectiva democrática, no podrá ser si no tiene la perspectiva de género.

Llegaron algunas presidenciables, precandidatas como Patricia Mercado de Alternativa, Beatriz Paredes del PRI, Josefina Vásquez Mota del PAN y única mujer en el gabinete presidencial, convocadas por la también única gobernadora de la República, Amalia García. Con su sola presencia, en los días tristes, difíciles, angustiantes, como dijo Patricia Mercado, se abrió una ventana a la civilidad.

La unánime expresión y convicción fue trabajar juntas, mujeres por las mujeres de México, esas cada día más pobres, cargadas de más y numerosas responsabilidades, violentadas a cada tramo de su vida, sin derechos, emigrantes de caminos cada vez más difíciles.

El diagnóstico de nuestra condición lo pintó con elocuencia Clara Jusidman, presidenta de Incide, lo que mostró la urgencia de que las mujeres también incursionen, en la política económica.

MÁS LEGITIMOS QUE NUNCA

Amalia García fue clara: «sin duda nuestra misión se ha vuelto más compleja al conquistar nuevos espacios en los distintos poderes de la República» y esta es una oportunidad de reflexionar y afianzar compromisos por la causa de las mujeres, desde esos puestos para asegurar que nuestros planteamientos por la equidad de género son más legítimos que nunca.

Beatriz Paredes, manifestó que busca la jefatura de gobierno en el Distrito Federal, señaló su deseo de construir una gran alianza que transforme las prácticas y los haceres en la política de la modernidad.

Josefina Vázquez Mota, llegó solamente a convivir con las invitadas, a discutir el futuro político de México, dijo sencilla, casi de manera espontánea al posar para una foto del recuerdo, que ahí estaba «el gabinete ampliado».

A la cita acudieron diputadas, senadoras, ex funcionarias, funcionarias de distintos gobiernos. Representantes de los organismos internacionales. Pero también las que elaboran aspectos diversos de la política feminista y de género en México, como Lucía Pérez Fragoso, de Equidad.

La presidenta de la Fundación Colosio, Beatriz Paredes, consideró que la política debe ser el instrumento por excelencia de la armonización, porque la confrontación y la polarización, no son sólo el triunfo de la mala política, sino la ausencia de la capacidad política. En tiempos como éste se propicia la regresión autoritaria e impulsan el empobrecimiento de la escena política.

En tres mesas de trabajo para discutir la reforma del estado, los presupuestos para políticas públicas con perspectiva de género y la situación del liderazgo de las mujeres, el encuentro fue la continuación de al menos 13 iniciativas en los últimos 10 años, donde las mujeres del poder se reúnen en los momentos más difíciles de la modernidad.

En 1994, cuando estaba planteada una Guerra en Chiapas; en el proceso de la pluralización e institucionalización de los partidos políticos, desde 1996 hasta el año 2000, y de manera especial cuando se llegó a los 50 años desde que se obtuvo el voto ciudadano para las mujeres.

UNA BUENA SEÑAL PARA LA DEMOCRACIA

La doctora Teresa Incháustegui fue la oradora principal en el tema de la Reforma del Estado. Ella destacó la importancia del actor feminista en los cambios recientes en México y el Mundo. Describió cómo el actor feminista en los procesos donde triunfan las coaliciones de centro-izquierda, se inhibe la propuesta de las mujeres feministas, porque se desmovilizan en virtud de que sus más destacados liderazgos llegan a posiciones de gobierno.

De este peligro en un gobierno socialdemócrata que en Zacatecas encabeza, Amalia García, Teresa Incháustegui habló extenso. Advirtió de la debilidad en los espacios de gestión, de los escasos recursos públicos destinados al tema, de la burocracia, a pesar de que esos gobiernos tienen la responsabilidad fundamental para avanzar.

Josefina Vázquez Mota aseguró que esta es una buena señal para la democracia en México, «que en Zacatecas se hayan reunido mujeres de diferentes formaciones partidarias. Esto nos permite avanzar para escribir nuevas reglas políticas en el país».

Fue ella quien le puso números a la pobreza de las mujeres. Y ésta no puede solucionarse con una visión romática, sino una propuesta realistas, asociada a una propuesta de género. Ella fue la promotora de la foto del recuerdo, la única que se acerca, a las mujeres, aquellas que sellaron otro pacto en 2004, cuando se cumplieron los 50 años desde que logramos el voto ciudadano. Esa reunión que la prensa amarilla llamó «arguende».

EL HIELO SE HABIA DISUELTO

Ahí estaban todas estas mujeres. Las políticas como la senadora Luisa María Calderón, antigua militante panista y la diputada perredista Patricia Patiño. Pero el hielo no era por el encuentro diverso y multipartidario, sino por el entorno. Luisa María afirmó que no sabe hoy «si tengo o no partido». Malú Micher sí habló del «crimen del desafuero», para no romper la armonía esa que las mujeres político-feministas han venido construyendo.

Zacatecas se convirtió en el escenario del encuentro para la civilidad. Recordó la coordinadora de la reunión, Laura Carrera, ex directora de atención ciudadana de la Presidencia: «hace 10 años en plena crisis zapatista, nos sentamos a hablar, a dialogar, a proponer, a discutir civilizadamente, como no los hacen los hombres».

Parecía un espacio aislado. Un lugar distinto al ambiente que rodea el país. Y es que no son menores algunos problemas: la violencia contra las mujeres, esa que tiene su expresión extrema en el homicidio de muchas mujeres, requiere de un ambiente donde la violencia institucional, la pública y la privada encuentren un rincón para resolverse.

Celia Loría, directora del Instituto Nacional de Desarrollo Social, planteó mirar en prospectiva a las mujeres del futuro, examinar los puntos de encuentro y creatividad solidaria.

Y es en este contexto donde las mujeres tienen que reafirmar su liderazgo, el tema de la tarde de este singular encuentro. El liderazgo que como dijo la gobernadora Amalia García se construye con dificultades por el desarrollo de las líderes y en medio de una doble presión.

Por un lado, la de las mujeres, para que haya más mujeres en puestos, de los señores para criticar cualquier nombramiento de mujeres y del conjunto de la sociedad para exigirle mucho más a las mujeres nombradas en cuanto a niveles de eficacia y para poner en cuestión sus decisiones.

De todas formas vale la pena, diría María Eugenia López Brum, ex coordinadora de finanzas del PRD. Malú Micher, diputada del PRD, habló de las dificultades para mejorar el presupuesto. No sin antes considerar que ejercicios como los del viernes, permiten afianzar las convicciones.

El pacto, que se propuso como implícito se hizo explícito. Un pacto para la civilidad democrática, un pacto para un presupuesto federal con perspectiva de género; un pacto para que las mujeres trabajen por las mujeres en los puestos de decisión, un pacto para mostrar la capacidad de diálogo y armonización, en lugar de la confrontación. Un pacto para mostrar la capacidad acumulada de las mujeres tras 51 años de vida ciudadana.

María Álvarez de Vicencio, viuda del ex dirigente de Acción Nacional, siempre expectante, pudo en la reunión, saber que los pactos entre mujeres pueden dar frutos. De esos pactos surgieron algunas instituciones, algunas leyes, pero sobre todo algunas propuestas democráticas.

En el espacio del Templo de San Agustín, de más de 10 metros de altura, muchas zacatecanas, recién llegadas al tema del poder y el género, aplaudieron la propuesta civilizatoria.

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DECLARACIÓN POLÍTICA

Un trecho más

Las mujeres nos reunimos bajo una convocatoria plural para aportar lo que podemos hacer y estamos haciendo a favor de la gobernabilidad democrática, en pos del diálogo y de consensos políticos, para distender el clima polarizado de la vida nacional que afecta al derecho ciudadano a vivir en paz.

Hemos iniciado con esta reunión convocada por Amalia García Medina, una serie de encuentros con el propósito de lograr una reforma del estado con perspectiva de género.

Creemos que es posible superar diferencias por la vía del diálogo, con madurez cívica y con sentido de oportunidad y convencidas de que los acuerdos son necesarios para el interés colectivo.

Sostenemos nuestra puntual disposición de avanzar Un trecho más en la construcción de un piso mínimo de coincidencias. (Parte de la declaración política de Zacatecas, 15 Abril 2005)

2005/SL/SJ

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