Después de dos horas de plantón a un costado de la sede de la Quinta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el grupo de campesinos coreanos que intentó entrar por la puerta de delegados en esta sede, tras un diálogo con las autoridades partió en el autobús 1682 de transportes chihuahuenses con destino desconocido.
Los 13 hombres y dos mujeres, pertenecientes al mismo grupo que al inmolado Kyunghai Lee, evitaron dar declaraciones abiertas a la prensa.
Inicialmente uno de los líderes de este movimiento, Lee Chang Keun, dijo a su abogado vía telefónica que deseaban permanecer en el plantón, pero al final, tras discutir con ciertos funcionarios, optaron por retirarse sin hacer ningún comentario a la prensa.
El grupo campesino partió y dijo adiós a la policía estatal -a algunos de cuyos agentes obsequiaron unas cajitas de papel, pero no sin antes solicitarles la devolución de un par de tenis y unos lentes, sustraídos en el primer zafarrancho a sus colegas.
Durante dos horas, además de recurrentes intentos por derribar la valla de un metro, así como a los policías que la protegían, el grupo de campesinos coreanos lanzó consignas contra la OMC en español, así como «Zapata vive, la lucha sigue y sigue» o «Todos somos Lee», en referencia a su amigo fallecido el pasado martes.
2003/MR/GMT