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Sin represiones, mujeres despiertan al sexo después de los 40

Por la Redacción

Quienes están sobre los 40 años, especialmente las mujeres y más aún aquellas que están llegando a la menopausia, pueden verse seriamente afectadas por la discriminación de una sociedad que sobrevalora la juventud y los cuerpos perfectos, asociándolos a triunfo y placer.

«Es indudable que la sociedad en la que vivimos ejerce una tremenda presión sobre las mujeres adultas y su sexualidad. Estamos inmersos en un ambiente que no nos ayuda a vivir una sexualidad placentera y activa», afirma la sicóloga Vivianne Guiloff, para el portal Mujereschile.

Al contrario, la sociedad está empeñada en convencernos de que quienes viven la vida al máximo son las jóvenes, pero además aquellas que son bellas y vigorosas», señala la especialista Guiloff, cuando se le consulta cómo viven el sexo las mujeres después de los 40.

A juicio de la especialista, después de los 40 años «las mujeres despiertan sexualmente, son capaces de entregarse a la experiencia con amor y deseo. No están reprimidas ni por la religión, ni por la sociedad. La relación entre dos pasa a tener una excelente calidad aunque, a veces, disminuya la frecuencia».

Para las mujeres está claro que la discriminación social es bastante mayor que para los hombres, a la hora hablar de sexualidad. El cuerpo ya no tiene la esbeltez de la juventud, mostrar la desnudez no es tan simple, y la palabra menopausia se transforma en un símbolo negativo que se asocia a la pérdida del deseo sexual. Eso las lleva a pensar en retirarse.

Se convencen, incluso, que las ganas de hacer el amor pasaron porque su metabolismo se ha modificado, cuando está comprobado científicamente que el deseo sexual no se apaga nunca e incluso, en las mujeres adultas, gana en intensidad respecto del deseo de los hombres.

Por otra parte, considerar al estrógeno como la hormona de la libido o de la sensualidad es darle demasiado valor. En una relación sexual son muchos más los factores que influyen, tales como el estado anímico, el compañero, etcétera. Para Guiloff las mujeres debieran estar claras del tremendo potencial que les brinda la vida en esta etapa.

«Es un momento donde los niños han crecido, no existe una gran presión económica, por lo que no se debiera estar agotado por el tema laboral, entonces se puede dedicar más tiempo a esta relación –expresa la profesional- pasándola bien, acariciándose, disfrutando todas las etapas de este acto amoroso».

«En mi opinión estamos en una situación de vida tremendamente estresante, donde gastamos todas nuestras energías en el plano del trabajo, cambiando una rica conversación o encuentro con la pareja, el hijo o una amiga, por lo laboral», señala Guiloff.

«Hay una fijación por ser el mejor en tu trabajo y tener mucho dinero, que nos quita tiempo para amar, cuando esto trae innumerables beneficios a las personas. Permite a cada uno de los integrantes de la pareja sentirse amado», por el otro, destaca la especialista.

La sexualidad nos compete a todas las personas, no sólo a los o las más jóvenes. La integración del amor y del sexo va más allá de la edad. Además, cuando uno hace el amor trabaja mucho mejor y, en general, se desenvuelve con mayor asertividad en las demás áreas de la vida».

Esta sociedad es tan discriminadora, que hasta hace pocos años atrás, una mujer de 40 años ya era considerada «vieja». «Hoy esa mirada no es tan drástica, porque las mujeres han demostrado estar vigentes hasta mucho más allá de esa edad, señala la especialista.

Si bien es cierto que se acaba la posibilidad de procrear, no se termina la de disfrutar, crear y amar. El error de nuestra cultura es recortarle a los mayores el deseo, se les considera asexuados y no se asocia a las mujeres de 50 años, o más, con el sexo.

Hoy, cada vez más, la mujer adulta reclama su derecho al placer, especialmente aquellas que tienen una visión positiva de su propio cuerpo, sin importar las ideas impuestas sobre belleza y juventud.

Sin duda que esta situación es más ventajosa para quienes tienen una relación de pareja estable, dice la psicóloga, aunque, las que no lo están no dudan en experimentar para conseguirlo. «Es importante que las mujeres sean autónomas en su propio placer y sexualidad. Sobre los 40 años ya no están para satisfacer las necesidades de nadie, están para compartir, desear y vivir experiencias sexuales propias con la pareja».

Podemos, entonces, darle crédito a aquel dicho popular que señala que el vino es como las mujeres. Si a eso le agregamos que la menopausia no disminuye el deseo sexual, borramos las represiones internas y culturales, habremos encontrado la combinación perfecta para disfrutar la sexualidad sin tabúes ni prejuicios… hasta una muy avanzada edad.

2004/BJ

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