Inicio Sólo 7% de personas con Sida tiene acceso a medicamentos

Sólo 7% de personas con Sida tiene acceso a medicamentos

Por la Redacción

Un nuevo compuesto que bloquea el virus del Sida antes de que entre en contacto con las células, o los microbicidas destinados a proteger a las mujeres, son algunos de los prometedores avances que presentaron científicos y farmacéuticas en la Conferencia Internacional de Sida que concluyó en Bangkok, Tailandia este fin de semana.

Este optimismo contrasta con un dato que, como mínimo, es escandaloso: sólo un siete por ciento de los afectados acceden a unos medicamentos que ya son capaces de prolongar y ofrecer una buena calidad de vida.

Se puede decir más alto, pero no más claro. «Estamos en una situación de emergencia. Sin antirretrovirales, cada día morirán ocho mil personas de esta enfermedad, pero con antirretrovirales, podremos frenar inmediatamente este sombrío problema que afecta a mi país», informó el primer ministro de Tailandia, Thaksin.

La gran mayoría de los asistentes a la Conferencia de Bangkok coincidieron que los medicamentos genéricos son la solución más factible para lograr el acceso universal, una vez despejados muchos de los problemas que se les achacaban.

Médicos sin Fronteras (MSF), presentó un informe en la Conferencia sobre los resultados del tratamiento con antirretrovirales a pacientes de países pobres. Todo un éxito, facilitado también por el programa de precalificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según difunde Canal Solidario.

Este programa se implantó hace dos años para verificar la calidad de los medicamentos –principalmente los genéricos- contra la pandemia y otras enfermedades como la malaria. A principios de 2004, las empresas farmacéuticas, a través del Gobierno norteamericano, presionaron para cerrar este programa pero el pasado mes de mayo la OMS aprobaba una resolución de apoyo a este programa.

Por otra parte, los fabricantes de genéricos ya llevan dos años elaborando dosis fijas –varios medicamentos en pocas píldoras-, lo que ha supuesto un gran avance en el tratamiento en países pobres ya que el seguimiento lo puede hacer personal sanitario que no sea médico.

Entonces, ¿qué o quiénes impiden el acceso a los medicamentos? Según la mayoría de las ONG que asistieron a la Conferencia, la responsabilidad recae fundamentalmente en Estados Unidos y en las empresas farmacéuticas.

Pablo Marco, responsable de incidencia política de la campaña de acceso a medicamentos esenciales de MSF, destaca los tres principales obstáculos para una acción universal y eficaz contra el SIDA:

– Los efectos de las políticas bilaterales de Estados Unidos. Este país ya ha llegado a acuerdos con la mayoría de los países centroamericanos a través del CAFTA (Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y EU) y, posiblemente, logre un acuerdo con Ecuador si este país finalmente aprueba un decreto que endurece las condiciones para la obtención del registro sanitario para medicamentos genéricos.

– La falta de terapias contra el Sida para niños. MSF acusó directamente a los grandes laboratorios farmacéuticos de no desarrollar tratamientos infantiles por considerarlo un mercado poco interesante. La mayoría de las infecciones en niñas y niños se dan en países pobres, ya que en el norte los esfuerzos de prevención han logrado que pocos niños nazcan con el virus.

– Los precios de los medicamentos de segunda línea. Desde el año 2000, los precios internacionales de muchos antirretrovirales de primera línea –destinados a los que acaban de enfermar- han descendido muchísimo, debido a la competencia con los genéricos y a la preocupación política. Pero este descenso no se ha producido en los medicamentos de segunda línea –aquellos que se toman para mantener el virus bajo control-, cuando el porcentaje de personas que necesitan este tratamiento es cada vez mayor.

La urgencia con la que se necesita que se aborde el SIDA en el mundo lo demuestra el hecho de que cualquier cifra puede resultar estremecedora: En Estados Unidos, la cantidad de dinero que se dedica a personas que viven con el VIH es mil veces superior a la de África, donde sólo se trata al tres por ciento de los que necesitan cuidados.

Edwin Cameron, juez del Tribunal Supremo de Johanesburgo (Sudáfrica), también lo explicó claramente en un testimonio recogido por Onusida (el programa de Naciones Unidas para el SIDA): «Puedo tomarme estas pastillas porque el sueldo que gano como juez me permite darme el lujo de adquirirlas. En un continente en el que 290 millones de africanos sobreviven con menos de un dólar diario, puedo pagar medicamentos por valor de 400 dólares mensuales. Estoy aquí porque puedo pagarme la vida».

2004/GV/SM

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