Inicio Sonora: 8 de marzo, pisoteado bajo los caballos del Gobernador

Sonora: 8 de marzo, pisoteado bajo los caballos del Gobernador

Por Silvia Núñez Esquer

La iniciativa más ambiciosa del Instituto Sonorense de la Mujer para reconocer a mujeres destacadas en diferentes ámbitos, se materializó el pasado 7 de marzo en el Salón Gobernadores del Palacio de Gobierno.

La ceremonia de entrega de preseas y diplomas, que debería conmemorar un día instituido originalmente como de lucha de las mujeres por la igualdad, la no discriminación y la equidad de géneros, hoy día logradas sólo en el escrito jurídico, se convirtió en un evento gubernamental introducido un tanto a fuerzas en la agenda del ejecutivo estatal.

En primer lugar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue justamente escogido para realizar la cabalgata por la sierra lo cual eclipsa cualquier tema que no tenga que ver con caballos y sombreros vaqueros. Desde ahí, la conmemoración de lucha de las mujeres pasó a segundo término, en un acto por demás irrespetuoso de las autoridades gubernamentales. De esta suerte, la conmemoración se realizó el 7 y no el 8 de marzo, como debió suceder.

El acto de gobierno trajo como consecuencia algunos descuidos que finalmente incomodaron a las propias mujeres designadas para recibir reconocimientos. Uno de los más grandes es que, dada la convocatoria abierta a la población en general para proponer mujeres a ser distinguidas, se incluyó a la enorme deportista mexicana originaria de Sonora, Ana Gabriela Guevara.

De antemano se sabía que no existe reconocimiento del tamaño de su trayectoria, pues ésta se compone de logros incuantificables que hoy nos hace reclamarla como la «gran sonorense», la «gran mexicana» y la «enorme ciudadana universal» que transformó la manera de participar mundialmente del deporte mexicano.

No obstante, Ana Gabriela encarnaba perfectamente el perfil de la convocatoria, al haber enaltecido su dignidad como persona y como mujer al enfrentarse valientemente al poder masculino que cierra filas en las altas esferas de decisión de México, que por cierto se refleja en Sonora. Al renunciar a su carrera, antes que ser partícipe de la corrupción, negligencia e incapacidad de los dirigentes nacionales para llevar adelante la responsabilidad de la estrategia deportiva, Guevara dio la mejor muestra de que su integridad es tan grande como la posición que alcanzó en el planeta como corredora.

Por lo tanto, el que un día antes de la entrega de reconocimientos no se le hubiera participado que había sido designada es un descuido imperdonable.

Guardadas todas las proporciones, lo mismo ocurrió con esta servidora a quien el Instituto tuvo la amabilidad de reconocer, pero sin avisar oportunamente, sino unos minutos antes de la ceremonia por lo que no fue posible estar presente.

Pero no fueron los únicos olvidos. Norma Alicia Pimienta es una indiscutible promotora cultural independiente, escritora, periodista, maestra universitaria y guerrera de la batalla común entre las jefas de familia. Con todo y eso, al llegar a la ceremonia como observadora, se enteró de que había sido seleccionada para entregarle reconocimiento, ya que tampoco le avisaron de la designación.

Hay más. Dos prominentes mujeres que dentro de la academia han abierto brecha al lograr distinciones internacionales por sus trayectorias y aportaciones son: la doctora Elena Méndez Brown y la doctora Catalina Denman Champion. Méndez Brown ha sido en Sonora la investigadora que más ha aportado descubrimientos sobre el acechante Virus del Papiloma Humano que puede ocasionar cáncer cérvico uterino y que a tantas mujeres nos ha arrebatado.

Por su parte, Catalina Denman, además de su trayectoria en la academia, es la primera mujer que nos ha proporcionado el orgullo de llamarla Rectora de una institución de educación superior, al ser la primera mujer al frente de El Colegio de Sonora.

Ambas fueron propuestas y seleccionadas para ser reconocidas el 7 de marzo por el ISM. Ninguna estuvo presente por compromisos contraídos con anterioridad fuera de la ciudad, difíciles de cancelar un día antes cuando fueron avisadas.

Pero cualquiera de estos descuidos no fue tan lamentable como el que a Patricia Alonso Ramírez, coordinadora de la Red Nosotras Ciudadanas, le comunicaran por teléfono «que se había colado» en la lista, lo cual, manifiesta, le produjo un sentimiento impreciso como si le estuvieran haciendo un favor.

Y por si esto fuera poco, por haberse convertido el evento en un acto gubernamental del Ejecutivo, las reglas que rigieron eran las del palacio de gobierno, no las de las mujeres en su día. Esto trajo como consecuencia que ante tan reducido espacio, no dejaran ingresar al recinto a invitadas de las mujeres reconocidas e incluso integrantes del Consejo Consultivo del ISM organizador del evento, como lo es Alba Luz Rascón, a quien se le explicó que el lugar estaba lleno por lo que no podían permitirle pasar.

Quienes sí pudieron estar presentes narran con asombro la decisión de no mencionar en la ceremonia a quienes se encontraban ausentes por no haber sido avisadas adecuadamente. La persona encargada de dar las instrucciones a quien anunciaba los nombres, tomó la decisión de que se excluyeran. Para complementar la descortesía, alguien dio la instrucción de que también se excluyeran del boletín de prensa del gobierno del estado. Así de un momento a otro, se eliminaron.

El colofón de esta serie de eventos desafortunados lo puso quien presidió la ceremonia de reconocimientos a mujeres por el Día Internacional de la Mujer. Como reforzando el desdén que por la fecha siente, al privilegiar un evento prominentemente masculino como lo es la cabalgata, (que bien sabemos acapara las páginas principales de los medios de comunicación), el Gobernador hizo lo que nuestras madres nos enseñaron se llama: «venir en fachas».

Sí el Ejecutivo acudió a la magna ceremonia del ISM en donde más de veinte mujeres verían reconocido su trabajo y su trayectoria, con la peor ropa que el protocolo de etiqueta indica. El contraste entre el arreglo de las mujeres galardonadas y los pantalones de mezclilla y camisa informal el gobernador resultó insultante.

El mensaje no es nuevo, en Sonora las mujeres no son asunto importante. Lo vemos en la nula presencia de Secretarias de Estado, en un gabinete masculino lejano a la paridad deseable en cualquier democracia. Se advierte en la decisión de no designar absolutamente ningún presupuesto a la aplicación de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Esto también se evidencia en la forma en que el gobernador se dirige a sus colaboradoras: «Tony» y «Flower», refiriéndose a la licenciada María Antonieta Meraz, directora general del ISM, y a Flor Ayala Robles Linares, directora del DIF estatal. Las mujeres no se merecen una corbata, un traje y mucho menos el reconocimiento de su estatus de profesionistas que enfrentan con responsabilidad la administración pública.

La lección es que si hay una próxima vez, se realice en un lugar más grande donde quepan todas las mujeres que deseen celebrar su día, que se informe oportunamente a las galardonadas y lo más importante: que no se invite al gobernador para que no eche a perder el evento.

08/SNE/GG

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