En tan solo 15 días, seis mujeres han sido asesinadas en Tamaulipas, las dos últimas acribilladas a balazos en el municipio de Río Bravo, a pesar de que la Ley para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres de Tamaulipas fue aprobada desde junio de 2007.
Dicha Ley recapitula los conceptos de violencia psicológica, física, patrimonial, económica, sexual y diversa de la que pueden ser víctimas las mujeres, como lo señala la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Así como sus acepciones de violencia familiar, laboral, docente, comunitaria, institucional y feminicida.
La violencia feminicida, en esta ley, se entiende como «la forma extrema de agresión contra las mujeres por razones de género y consiste en la expresión de conductas misóginas que alienten el ejercicio de la violencia, las agresiones e incluso la privación de la vida de la mujer».
Sin embargo, mientras continúan ocurriendo feminicidio, la Procuraduría de Justicia del estado, a cargo de Jaime Rodríguez Inunigarro, ha desaparecido oficialmente la estadística de los crímenes de mujeres.
De acuerdo a la información policíaca dada a conocer ayer domingo en el municipio de Río Bravo, en la Brecha 109 fueron localizadas sin vida dos mujeres, cuyos cuerpos estaban en el interior de una camioneta en la cual se encontró un mensaje que decía por prostituta.
Otro de los crímenes es el de la doctora Patricia Berenice Domínguez. Uno más, descubierto el viernes pasado, sucedió en la colonia Derechos Humanos de Reynosa, donde una mujer fue hallada decapitada. Las autoridades informaron que vestía suéter color azul, blusa a rayas café y celeste y un pantalón relavado y un cinto morado.
De acuerdo al recuento elaborado por www.mujerestam.com, hay otros dos casos: en Reynosa, el 6 de enero pasado, Bertha Alejandra Ramírez Saucedo, de 32 años de edad, fue asesinada a balazos por su ex esposo, Melchor de los Santos, de 38 años de edad, quien después se suicidó.
Y en Madero, al día siguiente, María Juana Castillo Tobías, de 60 años de edad, fue asesinada por su hijo, quien la ahorcó con una cinta de tenis porque no le dio dinero para seguir drogándose.
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