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Tina Modotti, la fotógrafa revolucionaria

Por Erika Cervantes *

Al cerrar los ojos y recordar lo que significa el centenario de la Revolución Mexicana, para algunas ciudadanas y ciudadanos, es Emiliano Zapata y Francisco Villa. Pocos pensamos que la Revolución la hicieron mujeres y hombres que con su trabajo y lucha nos heredaron una nación floreciente.

Entre las mujeres tenemos a Tina Modotti una fotógrafa revolucionaria que registró para la historia el gran contraste, de la gente que vivía en la pobreza, y la que vivía en la opulencia, en los inicios post revolucionarios.

Tina Modotti no es mexicana pero su lucha por los derechos de la clase desposeída hicieron de México su patria. Comunista por ideología, su lente fotográfico fue una ventana a la denuncia de la nación que emergía tras la guerra, donde la igualdad y la libertad eran aún un sueño.

Adelantada a su época, Tina Modotti era una mujer que se mantenía a sí misma, no aceptaba las convenciones sociales y escandalizaba a la sociedad mexicana al vivir con un hombre al que no le unía ningún lazo legal o sanguíneo y con el que compartía su vivienda y vida.

Tina nació el 16 de agosto de 1896 en Undine, una pequeña ciudad de fábricas textiles en el norte de Italia, cercana a Trieste, el puerto del Mar Adriático; su padre, Giuseppe Modotti, era mecánico y su madre, Assunta Mondini, se dedicaba a las tareas del hogar, por lo que su nombre completo fue Assunta Adelaide Luigia Modotti Mondini.

Tina se educó en escuelas italianas y austriacas, pero debido a los bajos recursos económicos con los que contaba su familia, a los 12 años se vio precisada a trabajar en una de las fábricas textiles de su ciudad natal; no obstante, la situación no mejoró y la familia tuvo que emigrar a San Francisco, Estados Unidos, donde se empleó en una fábrica de seda (de 1913 a 1914) y después como modista (hasta 1917).

A los 21 años de edad, se casó con el poeta y pintor Roubaix de l’Abrie Richey, y al año siguiente incursionó en Hollywood, como actriz de películas mudas. En 1921 Tina conoció al fotógrafo Edward Weston como modelo y eso la interesó por la fotografía e inició a estudiarla.

En 1922, Roubaix murió en la Ciudad de México. La relación de Tina y Weston se estrechó, fue una relación íntima de influencia mutua, tanto en el plano personal como profesional; lo mismo en San Francisco que en México, hasta 1930.

Conmovida por la explotación en la que vivía la clase trabajadora de la pos revolución mexicana, Tina se convierte en revolucionaria activista desde principios de los años veinte desarrollando fuertes lazos con miembros del grupo de la Unión Mexicana de Artistas, entre los que se encuentran Manuel Álvarez Bravo, Diego Rivera, Charlot, Orozco y Siqueiros.

En 1927 se afilió al Partido Comunista Mexicano, y desde ese año hasta 1940 trabajó como editora colaboradora y fotógrafa de la revista Folklor Mexicano.

En 1928 comienza un romance con el revolucionario cubano Julio Antonio Mella, pero éste muere asesinado en 1929 y a ella la acusan de ser cómplice del asesinato, no obstante, al no comprobarle ninguna relación se le declara inocente. Al año siguiente la acusan de complicidad en el intento de asesinato de Pascual Ortiz Rubio, presidente de México, por lo que fue deportada a Alemania.

Continuó su trabajo en el exilio en Berlín, donde se afilió a la Union GmbH de fotógrafos de prensa y publica sus imágenes en Der Arbeiter-Fotograf. Abandona la fotografía por el activismo político mientras se encuentra en Moscú entre 1931 y 1934 trabajando para la Cruz Roja Internacional de la URSS.

En 1934 se traslada a Francia, trabaja en Madrid y Valencia desde 1935 hasta 1938 como reportera del diario republicano Ayuda al mismo tiempo que para movimientos revolucionarios y para la Cruz Roja. Regresa a México asilada en 1939 donde continúa su actividad política mediante la Alianza Antifascista Giuseppe Garibaldi con un nombre falso; fotografió, trabajó y continuó su labor política hasta su muerte en 1942, al parecer por un ataque cardiaco.

En su lápida en el panteón Dolores de la Ciudad de México, se lee un verso de Pablo Neruda: «Tina Modotti, hermana, no duermes, no, no duermes; /tal vez tu corazón oye crecer la rosa/ de ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa.» Y nos hereda su labor de denunciar la injusticia y luchar por un país más justo.

*Periodista y fotógrafa mexicana, Integrante de la Red Nacional de Periodistas.

10/EC/LR

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