Para erradicar la cadena de explotación sexual contra mujeres y niñas, es necesario evidenciar que la cadena se extiende gracias a la demanda, porque si no hubiera compradores de sexo y pornografía, los demás actores no existirían, afirmó la maestra Teresa Ulloa, directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas para América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en Inglés).
En conferencia de prensa, en donde anunció la Primera Reunión Regional América Latina y el Caribe, «Buenas prácticas para combatir la demanda y la legalización de la prostitución siglo XXI», que se llevará cabo del 23 al 25 de marzo del 2009, Teresa Ulloa expuso que no sólo los tratantes deben de ir a la cárcel, las autoridades deben tomar medidas para disminuir la demanda.
Por lo tanto, agregó, es importante discutir sobre la puesta en marcha de medidas legislativas, pues las experiencias de países como Suecia demostraron que la puesta en marcha de medidas punitivas en contra de la demanda redujo el consumo de sexo y pornografía.
Por otro lado, Ulloa manifestó que el tema de la crisis económica va a disparar el tema de la trata. De acuerdo con CATWLAC, siete de cada diez mujeres en el mundo han recibido alguna forma de violencia ya sea sexual, física, psicología, económica, patrimonial o institucional.
Considera también que la pobreza es «el peor de los proxenetas» pues ha provocado que el fenómeno de la trata de niñas y mujeres con fines de explotación sexual se haya disparado en los últimos años.
VENDEN A NIÑAS Y MUJERES HASTA 60 VECES AL DÍA
Asimismo Ulloa dijo, que el crimen organizado ha diversificado sus negocios. Tan sólo en América Latina y el Caribe, el 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) lo deja la industria del sexo. «Esto deja claro que las mujeres las niñas y niños están siendo vistos como artículos que se pueden comprar, vender, alquilar, explotar y esclavizar», indicó.
Teresa Ulloa aseguró que las redes se han dado cuenta de que la trata es un negocio más redituable que el narcotráfico porque a una niña o mujer la pueden vender 40 ó hasta 60 veces al día, mientras que la dosis de droga se vende una vez y se acabó.
En México existen alrededor de medio millón de mujeres, niñas, niños y jóvenes que son víctimas de trata y explotación no sólo en el país, sino en el extranjero, aseguró Ulloa.
En relación con la posición de CATWLAC comentó que uno de los logros del año pasado fue la capacitación de 3 mil 500 personas entre policías, ministerios públicos, agentes de migración, maestras y maestros, jóvenes, niñas y niños.
LEY Y REGLAMENTO ERRÓNEOS
En cuanto a la Ley Federal de Trata y su Reglamento, recientemente publicado, Ulloa manifestó que no tiene preocupación por lo mal que está el Reglamento, sino porque la propia Ley cuenta con una serie de errores, que no sabe «si son voluntarios o involuntarios y que impiden la persecución del delito».
«Es muy grave, dijo, porque se fijó un bien jurídico tutelado que no se aplica en todas las formas de trata, ni a todas las personas, incorporaron el consentimiento dado por la víctima como causa de exclusión del delito, a pesar de que la Convención de 1949, un instrumento internacional firmado y ratificado por México desde 1951, establece que se comete el delito aún con el consentimiento de la víctima».
En la Primera Reunión Regional América Latina y el Caribe, «Buenas prácticas para combatir la demanda y la legalización de la prostitución siglo XXI», participarán las directoras de las coaliciones nacionales de 20 países de América Latina y el Caribe, así como representantes de la Sociedad Civil de 22 países de esta región, agencias donantes y autoridades mexicanas.
El objetivo es evaluar estrategias y métodos para oponerse a la legalización del sexo y combatir la demanda de la prostitución y todas las formas de explotación sexual, laboral y de órganos en la región.
En la conferencia estuvieron presentes Mariblanca Staff Wilson, de Alianza del Movimiento de Mujeres de Panamá; Graciela Collante, de la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMMAR), Beatriz Elena Rodríguez, Sobrevivientes de la Prostitución y la Trata de Colombia, y Rubí de María Gómez, del Centro de Estudios de Género de la Universidad Autónoma de Michoacán.
09/STP/LAG/GG
