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Un mercado interno ¿robusto?

Por Carmen R. Ponce Meléndez*

La población piensa que la situación económica del país es peor que la del 2010; más grave aún, visualiza para 2012 condiciones económicas más críticas para cualesquiera de los miembros de su hogar y considera que se han reducido considerablemente sus posibilidades de adquirir bienes como electrodomésticos, según informa INEGI en el Índice de Confianza del Consumidor (marzo 2011), índice que ni remotamente ha recuperado los niveles que tenía hace cuatro años.

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Como en aparadores de tiendas de lujo los y las trabajadoras ven pasar indicadores de recuperación macroeconómica, los discursos sobre los «logros», o lo que es peor, la vergonzosa disputa de los partidos (PRI-PAN) por la pobreza. Recientemente la insultante disyuntiva de ¿en qué gobierno ha sido mayor el número de muertes de la población civil indefensa?

Afuera, en el mundo, las cosas no están mejor, la tragedia de Japón tiene repercusiones económicas en varias dimensiones: posible retorno de sus inversiones a ese país, industria automotriz, la de autopartes y rama electrónica que tiene importantes maquiladoras en México, pioneras en el uso de mano de obra femenina. ¿Habrá más desempleo en esta maquila de los estados fronterizos del norte, tan castigados, incluyendo el creciente desempleo de mujeres?

Los aumentos constantes del precio internacional del petróleo -conflictos en los principales países petroleros del Medio Oriente- tiene varias implicaciones: ¿Qué destino tendrá el plus de los ingresos públicos por el petróleo? ¿Cuál es su impacto en los precios internacionales de las materias primas? ¿Cómo afecta a la importación de gasolinas y por consiguiente en el precio interno? ¿La economía estadounidense mejorará con su apuesta bélica?

Después del petróleo y los migrantes, el siguiente renglón de exportación es la industria manufacturera y como algunos dicen «las exportaciones son el motor de nuestro desarrollo». La industria automotriz representa más de la cuarta parte (27.0 por ciento) del total de la exportación manufacturera (que incluye maquila de rama electrónica). La automotriz es una industria con mucho «arrastre» en la generación de empleos.

Nissan y Ford ya anunciaron suspensión de actividades. En el primer caso y de momento se considerarán como vacaciones de obreros y obreras. Y después ¿habrá reducción del personal? Nissan dejará de producir en México 12 mil 500 vehículos en este año. Ya se sabe que la relación entre empleos y producción (cuando disminuye) es lineal.

Se reanudarán actividades el 25 de abril en la planta de Aguascalientes y el 27 en la de Cuernavaca por la falta de componentes provenientes de Japón. Lo mismo sucede en la industria de autopartes, que afecta a otras firmas de la industria, no sólo las japonesas.

Pensar que se puede compensar la posible caída de las exportaciones de la industria automotriz con el mercado interno es un tanto utópico. En esta esfera hubo una disminución del 40 por ciento en 2009 y no se ha recuperado al 100 por ciento por la sencilla razón de que la variable de sueldos y salarios sigue muy deprimida.

Desde luego eso también explica en gran medida los resultados obtenidos en el Índice General de Confianza del Consumidor. Desde la década de los 90 el crecimiento promedio de la economía es de 2.6 puntos y el aumento salarial de este año fue de 0.2 puntos, como quien dice sin escuchar al pajarito de la suerte.

Sin embargo y a pesar de estos resultados, su apuesta sigue en una estrategia de miras muy cortas, tan cortas que ni los pies se pueden ver: competir con mano de obra barata sometida a un férreo control político, donde no caben las organizaciones gremiales, bueno, ni siquiera el seguro de desempleo, que tantos beneficios le podría traer al mercado interno.

Y en el caso del Censo de Población y Vivienda 2010, el uso tendencioso que se le ha querido dar no sólo en los resultados obtenidos sino a priori, en su diseño, bien se puede decir que no hay sorpresas y nada que festejar, es un traje hecho a la medida.

P.D.
Se registra un ligero descenso en el índice internacional de los precios de alimentos. Según la FAO, en marzo el precio de los alimentos a nivel mundial registró su primer descenso desde junio de 2010.

Sin embargo, este organismo internacional advierte que los precios de alimentos permanecen con un incremento del 37 por ciento, respecto a marzo del 2010 y que por el momento no se puede afirmar que continuará la disminución de precios observada en el mes anterior.

Lo que significa que para el caso de nuestro país es seguro que la tendencia al alza en alimentos continuará todo 2011, mal para el bolsillo y los monederos. Las declaraciones del ex presidente de Brasil Lula Da Silva en la 74 Convención Nacional Bancaria… ¡de antología!

* Economista especializada en temas de género
ramona_melé[email protected]

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