Ya sabíamos que las reacciones de la iglesia católica no se iban a hacer esperar, entre otras cosas, porque actúan con impunidad como lo han hecho reiteradamente ya que las instituciones encargadas de aplicar la ley, serán omisas y actuarán «como si la virgen les habla».
Y tienen el camino abonado: todo lo que se salga de su visión de cómo debe ser el mundo, está mal, es descalificado y hasta se promueven acciones propias del fascismo al manipular a los católicos contra el Tribunal Constitucional, contra el Gobierno de la Capital mexicana y contra el PRD, partido político nacional.
Todo lo que no encuadre en sus valores filosóficos y morales de la Iglesia Católica es descalificado e incitan desde los espacios públicos, contra las decisiones que toman las Instituciones de la Nación quienes se conducen en función de sus atribuciones legales.
Pero es chocante, escuchar denuestos moralizantes, ignorantes y prejuiciosos de algunos importantes representantes de la iglesia católica cuando no ha habido un deslinde frente a hechos con clara connotación criminal.
Conocemos a través de la historia de los excesos que han tenido algunos de sus importantes personajes prominentes, excesos por cierto de todo tipo, desde exterminios, persecuciones, simulaciones e incluso protección de criminales, hechos a veces fundados en la evangelización de los «herejes» y «paganos» de pueblos enteros, o en la persecución de las insumisas a quienes quemaron en las hogueras acusadas de brujería.
Otros hechos y acuerdos sigilosos como permanecer callados frente al genocidio del pueblo judío para devengar poderosos intereses con los poderes fácticos del nazismo, otros más en franca comisión de delito callando y protegiendo a curas pederastas y las atrocidades perpetradas contra niñas y niños a quienes les han destruido la vida, y así podemos hacer una larga lista de los excesos que evidencian una doble moral de la Iglesia Católica.
Es verdad que no se puede generalizar, hay sacerdotes y representantes eclesiásticos de todo nivel, que sin duda alguna, son personas congruentes, dignos representantes de su iglesia, actúan en función de los valores inscritos en su religión, hay lugares en el país en donde los sacerdotes tienen un gran compromiso con la gente, son cercanos a sus problemas, son un asidero moral para los problemas personales e íntimos de muchas personas creyentes.
Pero hay representantes de la Iglesia Católica que son verdaderamente imposibles, asumen una actitud políticamente beligerante contra todo lo que se salga de su visión, y para muestra nuevamente están las declaraciones de algunos personajes de la iglesia católica, contra las decisiones que están tomando los y las Ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre los matrimonios de personas del mismo sexo y su derecho a adoptar.
En el colmo de la insensatez e irracionalidad acusan a las y los Ministros de la SCJN que fueron «muy maiceados» por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México Marcelo Ebrard, para votar a favor de la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
Se arrogan el privilegio de señalar que la decisión de la SCJN está en contra de la verdad, de México y de la familia, y evidencian su buena educación y uso del lenguaje al esgrimir que «salen con su batea de babas» al permitir que un par de «maricones» puedan adoptar a un niño.
La legalización del derecho a adoptar de las parejas formadas por personas del mismo sexo está debidamente sustentada en función del Derecho y desde la teoría del Estado y sus instituciones no pueden deliberar en función de criterios religiosos, no es esa su función.
Y lo que decidieron es correcto: el derecho a formar una familia por parte de personas homosexuales o lesbianas no puede ser un elemento trascendente para no adoptar.
Simplemente no se puede aducir que las niñas hijas de parejas gay serán lesbianas o los niños serán homosexuales, si hiciéramos un censo entre homosexuales y lesbianas encontraríamos que la inmensa mayoría fue educada en familias heterosexuales, lo que indica que la preferencia u orientación sexual la determina cada quién en función de su propia decisión inscrita en el libre albedrío.
Y como una realidad, debe ser aceptada y no debe imperar ningún tipo de discriminación.
Delicado, reprobable e inaceptable el comentario esgrimido por el señor Sandoval ha dicho el Jefe de Gobierno, y enfatiza que en un Estado laico, el imperio de la ley debe aplicarse a todas las personas, incluyendo al arzobispo de Guadalajara Juan Sandoval.
Ciertamente no basta un voto de censura, la sola censura es insuficiente precisamente porque se está actuando permanentemente con impunidad amparado en la alta representación que tiene este señor, como se señala, a través del lenguaje, la forma y el fondo.
Nuevamente, estamos frente a violaciones flagrantes al Estado Laico y otra vez nos preguntamos hasta cuándo el gobierno federal, en específico la Secretaría de Gobernación, pondrá en su lugar a la iglesia católica y a sus representantes para que no hagan escarnio político contra las instituciones del Estado Mexicano.
Hoy se han lanzado contra el PRD al calificarlo de fascista y llamando a no votar por él; el gobierno no puede ser omiso cuando se están violentando las leyes y peor aún, se hace apología de la violencia y se incita a la población católica a acciones peligrosas contra personas, contra instituciones y son un elemento más contra la estabilidad del país. Y entonces, ¿Quiénes son los fascistas?
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* Feminista ex legisladora por el partido de la Revolución Democrática e integrante de la Red Nacional de investigadoras por la Vida y la libertad de las Mujeres
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