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Zongolica: feminicidio y proceso político

Por Guadalupe Gómez Quintana

Las mujeres, fundamentales en la reconstitución de los municipios indígenas, las más vulnerables en la lucha por la autonomía.

En 1980, las comunidades indígenas de la sierra de Zongolica estaban divididas por diferencias religiosas y políticas, y porque los recursos federales y estatales, siempre escasos, se perdían en una maraña de corrupción y burocratismo. No había espacio para la gestoría social en pos de bienes.

Así vivían en Soledad Atzompa, recuerda Julio Atenco, fundador en esa década del Centro Promotor de Justicia para el Desarrollo AC. Y así viven aún, al límite de la supervivencia, muchas comunidades serranas.

Pero en varios poblados empezó un proceso de reconstitución que significa la organización y la unificación de las comunidades, en busca de mejores condiciones de vida y respeto a sus derechos.

Sucedió así como dice el antropólogo Eugenio Bermejillo, para las y los indígenas, «ya no hay para donde huir, el siguiente cerro, el otro y el otro, tienen dueño y precio y ya no sirven para esconderse. Entonces hay que dar media vuelta y enfrentar a los perseguidores: al ganadero, al coyote y la fuerza que los respalda».

En 1980, en Tehuipango, el municipio más pobre del país, se rebelaron: «hubo matanza de población debido a problemas sociales».

En esos años, Gloria y Norma Arenas Agís, promotoras de Conasupo en la sierra, fundaron con Salomón Lemus, párroco de Tequila, la Unión de Todos los Pueblos Pobres de la Sierra (TINAM, por sus siglas en nahuatl), que trabaja aún en defensa de las comunidades contra los caciques acaparadores de café, madera y monopolistas del transporte.

Al finalizar la década, se organizaron un sinfín de agrupaciones productivas, de gestión social y en defensa de sus derechos humanos, más allá de militancia partidista o religión. Se inició también un movimiento político partidario que logró el triunfo del Partido de la Revolución Democrática en varios municipios, entre ellos Atzompa, a partir de 1993.

La influencia del movimiento zapatista, en 1994, fue decisiva, reconoce Julio Atenco, quien fue asesor, junto con la Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (CROISZ), en la mesa de autonomía para los Acuerdos de San Andrés, incumplidos aún por el gobierno federal.

Existen hoy, entre otras, la Organización Indígena Nahuatl de la Sierra de Zongolica, la Organización Campesina Indígena de la Sierra de Zongolica (OCISZ), Unión de Campesinos y Artesanos de la Sierra Nahuatl de Zongolica (UCASNZ) y Matimosepan Palewika Zongolica AC.

También el Consejo Popular Indígena de la Sierra de Zongolica que une a maestros bilingües y a luchadores sociales y «busca convertirse en alternativa de lucha civil y pacífica», como reconoció el subcomandante Marcos en un comunicado.

MUJERES Y GESTIÓN

En este proceso de reconstitución, organización y gestión, las mujeres «juegan un papel muy importante en la economía del hogar» y su participación «en la vida social comunitaria y en la gestión ha ido incrementándose», dice el Consejo Consultivo de la radiodifusora XEZON, La Voz de la Sierra Zongolica, fundada en 1991.

La XEZON, por su poder de convocatoria y cohesión es, como otras estaciones indigenistas, fundamental para la organización social y la gestión, donde el trabajo de las mujeres es de gran influencia, indica Ana María Pepino, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, en radiodifusión y género.

MADERA, MILITARES Y MUERTE

En Soledad Atzompa y otros municipios, las comunidades recuperaron la explotación de los recursos forestales, a través de sus organizaciones. Esto implica trámites, permisos, organización de equipos de trabajo, capacitación, reforestación. Prácticamente todos ahí se dedican a la fabricación de muebles.

Pero el Ejército está siempre alerta para presionar y extorsionar a otras comunidades que no cuentan con sus papeles en regla, denuncian las organizaciones. Los soldados suben y bajan a la sierra, desde su cuartel en Orizaba, donde están desde hace muchos años, y no es extraño que cometan tropelías contra la población.

En 2002, el Consejo Nacional Indígena (CNI), comunidades y ONG protestaron por la militarización de Zongolica, solicitada por algunos alcaldes, sobre todo panistas. Interrogados por las autoridades municipales, los soldados dijeron que no buscan narcotraficantes, ni guerrilleros.

Pero en marzo de 2006 detuvieron a los hermanos Jorge Marcial y Gerardo Tzompaxtle Tecpile y Gustavo Robles López, acusados de «delincuencia organizada con la finalidad de cometer terrorismo».

Y este año ocurrió la violación y asesinato de la señora Ernestina Ascencio Rosario, en el municipio de Soledad Atzompa; de Adelaida Amayo Aguas, integrante del Consejo Consultivo de la XEZON y gestora de recursos de la CDI, en la carretera Zongolica-San Juan Texhuacan; de la niña Adriana Colohua, de 12 años.

El 25 de abril por la noche, Juana Cano, coordinadora de la mesa de salud y medicina tradicional, también del Consejo de la XEZON, sufrió un intento de secuestro.

Y el 4 de mayo, un grupo de delincuentes penetró el domicilio de la señora Lourdes Pérez Amayo, causándole destrozos y robándole sus pertenencias, denunció en una carta a la radiodifusora.

MUNICIPIOS AUTÓNOMOS Y ELECCIONES

Varios municipios en Zongolica se empeñan en la construcción de su autonomía indígena municipal y las elecciones municipales de septiembre, donde se disputarán 212 alcaldías y 50 diputaciones en total- pueden representar un paso más en ese proceso.

Esto significaría la captación, sin intermediarios ni desvíos, de los recursos federales y el fortalecimiento de los usos y costumbres en los municipios, en detrimento de la influencia de los poderes fácticos que dominan la zona: talamontes, caciques del café y del transporte.

El costo de cada voto que se emita el 2 septiembre será de 17.80 pesos. Sería deseable que el proceso político en Zongolica no cueste la vida de más mujeres.
07/GG/CV

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