Violencia y Sida son dos términos que se mezclan peligrosamente en la vida de la población femenina, aseguraron hoy aquí funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas y funcionarios federales, en la víspera del Día Internacional de la No Violencia hacia las Mujeres.
En conferencia de prensa, Teresa Rodríguez, directora regional del Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) para México, Centroamérica, Cuba y República Dominicana, alertó sobre la violencia sexual «que exponen a las mujeres y aumenta el riesgo de transmisión del virus.»
Es un círculo vicioso porque, de acuerdo con Teresa Rodríguez, la violencia limita las posibilidades de las mujeres para negociar sexo seguro.
A lo anterior sumó las evidencias sobre el abuso sexual que en cualquier etapa de la vida puede tener como consecuencia conductas sexuales arriesgadas o sin protección.
En el clima de estigmatización que persiste hacia las personas seropositivas, e incluso sus familias, «revelar el estatus de VIH a parejas y terceras personas puede aumentar el riesgo de violencia.»
Por ello, Teresa Rodríguez pidió a los gobiernos «un mandato claro de cero tolerancia a la violencia.»
En México, el porcentaje de mujeres portadoras del virus se mantiene desde hace un par de años en 15 por ciento, explicó el vocero de la sociedad civil del Centro Nacional de Prevención y Control del VIH/Sida (Censida), Arturo Díaz.
El total de casos del país asciende a 14 mil 606 mujeres, principalmente en edad económicamente activa que va de los 15 a los 44 años de edad, mientras que en América Latina hay un total de 1.7 millones de personas adultas enfermas de las cuales un 36 por ciento son mujeres.
2004/MR/LR