El 23 por ciento de las niñas y el 15 por ciento de los niños españoles sufren algún tipo de abuso antes de cumplir los 17 años de edad. Sin embargo, el problema permanece semioculto, ya que ni los profesionales en contacto con la infancia tienen preparación adecuada para hacerle frente ni existe una auténtica implicación de las instituciones.
Así lo denunció la organización civil Save the Children en la presentación hoy del libro «Abuso sexual infantil: manual de formación para profesionales», dirigido a los que trabajan en los ámbitos educativo, social, policial y sanitario.
El manual pretende dilucidar, entre otros aspectos, las dificultades de detección de los abusos, las falsas creencias que envuelven al fenómeno, el proceso de denuncia, la respuesta judicial y las formas de prevención.
«No conocemos la magnitud del problema porque en la mayoría de las ocasiones se da en privado, dentro de las familias, y porque hay muchas dificultades para que se escuche primero al niño y luego para que se le haga caso», afirmó en la presentación Carmen Puyó, jefa de servicio en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
«Los miedos de la sociedad ante este tema –que genera actitudes defensivas, de rechazo y ocultamiento–, la vergüenza y la imposibilidad de comprender que algo así suceda, conllevan a un aislamiento aún mayor de los niños y niñas víctimas», explica el manual elaborado por Save The Children.
Frente a esa realidad, la organización ofrece una serie de recomendaciones, entre ellas «la creación de registros de casos en las comunidades autónomas y otro central que permita conocer la magnitud real del problema», explicó Carmen Del Molino, asesora legal de la organización.
También a nivel legislativo, Save The Children pide que se tipifique como delito la posesión de pornografía infantil y que se articulen urgentemente medidas legislativas y de práctica judicial que protejan a los menores en los juicios por delitos sexuales.
Respecto a los mitos que el libro pretende destruir destaca el de que los agresores son perturbados. De acuerdo con Del Molino, «no existe un perfil psicológico único, aunque sí se puede decir que las personas que abusan sexualmente suelen ser manipuladoras, están integradas socialmente, tienen gran capacidad de persuasión y una vida sexual que suele ser normal. «Es fundamental no dejarse engañar por las apariencias». El 90 por ciento de los agresores son varones.
Respecto a las víctimas, el manual indica que la gran mayoría son niñas y, aunque cualquier menor corre el riesgo de padecerlos, existen ciertos grupos más vulnerables, como los niños acogidos por instituciones, los discapacitados, los hijos de mujeres jóvenes y los que viven en familias donde ha habido experiencias previas de abuso.
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