Amnistía Internacional (AI) pidió hoy al gobierno argentino que evite «la represión de la ciudadanía» y cumpla «sus obligaciones constitucionales para asegurar la vigencia de los derechos humanos», en medio de la preocupación generalizada por la imposición del estado de sitio.
Este intento desesperado del gobierno por frenar el levantamiento social y las protestas contra su política económica ha causado en dos días al menos nueve muertos y más de un centenar de heridos.
AI denunció recientemente una «escalada de abusos de los derechos socioeconómicos» de la población argentina tras afirmar que el Estado tiene recursos suficientes para superar «la pobreza, el hambre y la falta de seguridad».
Esas palabras se unen a las del premio Nobel de la paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, dirigente de la organización Servicio Paz y Justicia, quien responsabiliza «al gobierno por las muertes y la violencia desatada», reporta AMDPress.
El gobierno anunció durante la madrugada de hoy jueves que destinará siete millones de dólares para un plan urgente de distribución de alimentos, del que se beneficiarán un millón de personas con el fin de «calmar los saqueos a supermercados y otros comercios, registrados en las últimas horas».
El estallido argentino coincide con las advertencias lanzadas esta semana por organismos internacionales sobre el calado de la crisis económica en América Latina. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la economía latinoamericana descendió cuatro por ciento en 2001, «tras décadas de expansión».
El informe anual de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), indica que la desaceleración de la economía mundial de 2001 frenó la recuperación en América latina y el Caribe en el año 2000 y las perspectivas de crecimiento para 2002 son sólo del uno por ciento.
Para la CEPAL la crisis de la región puede ser mayor, exceptuando a Argentina, debido a la magnitud de los factores externos que incidieron negativamente en 2001: reducción de ingresos por exportaciones y caídas de precios en los mercados mundiales.
Los precios más afectados son el petróleo, que disminuyó en un 20 por ciento, y el café, que bajó en un 30 por ciento, tras cuatro años de caída ininterrumpida.
Además, la región también ha sufrido una reducción de la inversión extranjera, una «caída que afectó de manera muy notoria a Argentina, Venezuela y Brasil», señaló el informe.
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