Bajo la consigna: «Que inviertan en cuidar, no en matar», diversas organizaciones civiles nacionales e internacionales convocan por tercer año consecutivo a la huelga de mujeres en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fecha que se celebra desde 1910.
La manifestación tiene como objetivo demandar que el enorme gasto militar -de acuerdo con declaraciones del presidente George Bush, el gobierno estadounidense gasta mil millones de dólares mensuales en operaciones militares contra Afganistán– se invierta en alimentar, curar, enseñar, educar y exigir el respeto a los derechos humanos; priorizar el aumento efectivo del gasto social, así como promover una política salarial que garantice salarios equitativos y suficientes para mejorar el nivel de vida de la población.
Para hacer visible el apoyo a la huelga, cada mujer, en el lugar que se encuentre, tendrá que parar de trabajar durante una hora, 10 minutos o el tiempo que pueda, poner una escoba en la puerta de su casa o hacer que en las iglesias toquen las campanas en reconocimiento de su aportación a la sociedad.
Con estas acciones, se busca mostrar que las actividades de las mujeres son importantes y realmente afectan el ámbito económico, social, cultural y político, si se dejan de realizar.
El Día Internacional de la Mujer se estableció oficialmente durante la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas que tuvo lugar en Copenhague, Dinamarca, el 27 de agosto de 1910. A esta conferencia asistieron más de 100 delegadas de 17 países, quienes llevaban como objetivo proponer el establecimiento de un Día Internacional de la Mujer, misma que fue presentada por Clara Zetkin y Kathy Duncker.
La elección del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, se atribuye a dos hechos importantes, el primero fue una gran marcha de trabajadoras textiles en el año 1857. Miles de mujeres marcharon sobre los barrios adinerados de Nueva York en protesta por las miserables condiciones de las trabajadoras.
El segundo, ocurrió en 1908 cuando 40 mil costureras industriales de grandes factorías se declararon en huelga demandando el derecho de unirse a los sindicatos, mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento vocacional y el rechazo al trabajo infantil.
Durante la huelga, se dice pero no ha sido históricamente comprobado que 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York; los dueños de la fábrica habían encerrado a las trabajadoras para forzarlas a permanecer en el trabajo y no unirse a la huelga.
La importancia de la tercera huelga de mujeres radica en que a pesar de los avances logrados en materia de derechos humanos y civiles, la lucha de las mujeres por promover una sociedad justa y democrática para alcanzar mejor nivel de vida para ellas y la sociedad, sigue presente.
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