Por primera vez en seis años las niñas regresaron a clases el pasado fin de semana, tras reabrirse tres mil escuelas en este país centro asiático para el ingreso de más de un millón y medio de infantes.
Al tiempo que calificaba la apertura como un ejemplo para el mundo, Carol Bellamy, directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), felicitó a los habitantes y los dirigentes de Afganistán por su «inquebrantable dedicación hacia los niños y niñas».
«Llegar a este día ha supuesto un esfuerzo enorme», dijo Bellamy el sábado pasado en Kabul, durante una conmemoración del nuevo año escolar dirigida por el presidente del Gobierno Provisional de Afganistán, Hamid Karzai.
También asistieron el ministro de Educación, Rasoul Amin, y el representante especial de Naciones Unidas para Afganistán, Lakdar Brahimi.
El año escolar comienza tradicionalmente en Afganistán con la llegada de la primavera, después de un periodo de vacaciones que dura los meses de invierno.
Sin embargo, todavía quedaron fuera del sistema educativo casi tres millones de menores en edad escolar. Un millón de ellos podría volver a clases en abril, y otro millón en mayo y junio, a medida que las poblaciones desplazadas regresen a casa, calculan las autoridades.
Los libros de texto, pizarras, lápices y cuadernos, auxiliares didácticos, tiendas de campaña para utilizarlas como aulas temporales y otros productos para enseñar y aprender, fueron donados casi en su totalidad por UNICEF, organización que ha empleado 22 millones de dólares para apoyar el regreso a clases en Afganistán, y planea gastar otros 21 millones antes del otoño.
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