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Aviadores enemigos

Por Marta Guerrero González

En México siempre ha habido aviadores, parásitos del presupuesto, familiares, amigos y compadres privilegiados por el sistema y la complicidad de la clase política.

Todos ellos han logrado vivir de nuestros impuestos gracias a la gigantesca población burócrata que tenemos y, evidentemente a la corrupción que impera.

Gente en la nómina por 20 y 30 años sin haber trabajado nunca los hay y posiblemente los siga habiendo. Aunque el benefactor ya haya pasado a mejor vida, sea en un cargo superior o reposando en su tumba.

Estos pillos que roban el dinero del pueblo son difíciles de detectar, ese es su verdadero seguro, ese es el nicho de la impunidad. El posible castigo es muy simple; dejar de percibir su cheque mensual. Tan sencillo como eso, pero lo bailado nadie se los quita, ni hay reembolso posible.

Otra cosa son los trabajadores sindicalizados. Una verdadera carga, un lastre creciente y maligno sobreviviente a todo costo. Son intocables, créanme. Cuando trabajé en Gobernación sufríamos los abusos de esa mafia.

Son gente de base, algunos se dedican a pedir incapacidades que acumulan de manera tan ostensible que no se aparecen a trabajar nunca y cuando lo hacen, alegan que el médico no les permite agacharse o subir las escaleras o estirarse, o permanecer mucho rato sentados o sentadas, y un sin fin de pretextos inimaginables.

El resultado es que las oficinas permanecen sucias, los baños sin hacer, las plantas irremediablemente marchitas, los oficios a la espera de un milagro, los escritorios atiborrados de papelería, los vidrios opacos a cadena perpetúa, y, así.

Pero eso no es todo. Lo primero que hace uno es quejarse y exigir el cumplimiento del trabajo. Te vas enterando que no puedes ni hablar con ellos directamente porque te acusan, obviamente no los puedes correr nunca, a pesar de su incompetencia, nunca.

Pero tampoco, escuchen esto, tampoco puedes traer a alguien más a que realice su chamba, porque le estás quitando su puesto, su trabajo, su plaza. ¿Cómo les parece nuestra ley? ¿No sería justo revisar nuestras leyes paternalistas y obsoletas? ¿No valdría la pena discutir con madurez y propositivamente los contratos colectivos de trabajo?

¿Acaso seguiremos llenos de sanguijuelas por los siglos de los siglos? ¿No tenemos una tasa de desempleo enorme? ¿No hay cuarenta millones de pobres?

Es una vergüenza que 180 inspectores ¿? lleven cinco años y dos meses cobrando un sueldo sin trabajar, al amparo de la Justicia. El gobierno del D.F. decidió (Cuauhtémoc Cárdenas) cancelar las inspecciones a comercios para combatir la corrupción.

Algunos no quisieron ser reacomodados y sencillamente se ampararon. Llevan cinco años cuidando un arbolito y robándonos a todos los mexicanos más de 22 millones de pesos.

Ven lo que les decía de la creación de un Ombudsman para vigilancia de las decisiones de los jueces, en los tribunales de Conciliación Y Arbitraje, en los tribunales colegiados y en todo lugar donde se imparta justicia, para que ésta sea en verdad Justicia y no sinvergüenzadas.

2003/MGG/MEL

       
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