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A diez años de distancia, sigue la resistencia

Por Valeria Valencia Salinas

Las amenazas de muerte por parte de militares y el despojo de sus tierras y viviendas, siguen siendo el pan diario de las mujeres organizadas y en resistencia, coincidieron campesinas, indígenas y artesanas procedentes de las llamadas zonas de conflicto en Chiapas.

Durante el Encuentro Mujeres y Zapatismo organizado por el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN) en San Cristóbal de Las Casas, mujeres de comunidades de las zonas Altos y Norte, así como integrantes de ONG, artesanas y una variedad de liderezas comunitarias indígenas y no indígenas discutieron las problemáticas que enfrentan como grupos en resistencia.

Dentro de la discusión, las mujeres plantearon que siguen viviendo las amenazas constantes de muerte y de despojar sus tierras y viviendas por parte de integrantes del ejército mexicano, muy a pesar del discurso oficial que empecinadamente pretende convencer de la paz que vive esta entidad con la supuesta retirada castrense.

Una indígena de Amatitlán aseguró que «las amenazas de militares de matarnos si seguimos con el EZ» es una constante en su comunidad. «Es el precio que tenemos que pagar por no estar con el gobierno», asevera.

Asimismo, denunciaron haber recibido amenazas de ser encarceladas por parte de las autoridades ejidales y municipales que no comparten su pensamiento y práctica política cuando emiten su opinión sobre la administración del ejido o denuncian irregularidades de las autoridades como grupos de mujeres organizadas.

Sin embargo, la violencia no sólo la viven de manera tan explícita como las amenazas y el despojo, pues la mayoría de ellas expresaron que su palabra no es escuchada ni mucho menos valorada por las autoridades comunitarias, como lo expresó Verónica Pérez, ejidataria de Comitán.

Una artesana de ese mismo municipio confesó haber sido discriminada por no saber leer y escribir y no permitirle ocupar un puesto en la Comisaría ejidal, mientras que una mujer tzotzil dijo que en su organización de artesanas su principal problema es la división que desde afuera el gobierno provoca a las agrupaciones que no están de acuerdo con las políticas oficiales.

Por su lado, Julieta Morales, integrante del comité civil Pejel Balumil del FZLN, consideró que el hecho de que las mujeres indígenas formen parte de la organización zapatista tanto en lo civil como en lo militar, «garantiza que las mujeres están caminando en sus procesos, construyendo la autonomía».

El análisis de las problemáticas vividas por las mujeres rebeldes, comentó la militante del Frente, ha servido también para hacer «una evaluación de historias de resistencia, de cómo se han construido las organizaciones de mujeres en los últimos diez años, es decir desde cuando apareció públicamente el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

03/VVS/GMT

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