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La pelvis: región del equilibrio

Por Carolina Velásquez

Mucho se ha debatido a través del tiempo acerca del lugar donde el cuerpo humano tiene su centro de gravedad. En general, se acepta que se encuentra en la pelvis, región cuyo equilibrio es de vital importancia en dos sentidos: para tener un movimiento corporal coordinado y como referencia del sentido kinestésico (de movimiento) de la persona.

Delimitada por las caderas y la columna vertebral, la zona pelviana es un centro integrador como una zona de comunicación y relación. Dice Debbie Shapiro en su libro Cuerpo mente. La conexión curativa, 1991, que «es aquí donde podemos compartir nuestro cuerpo a través de la sexualidad; podemos crear y dar a luz, no sólo a otra persona sino también a nosotros mismos, dando origen a nuevos aspectos y actitudes; es también desde aquí que podemos iniciar el viaje ascendente a través de los chakras (centros de energía) a los estados más elevados de conciencia».

Pelvis significa cuenco, de ahí que además de su tarea integradora sea también como un recipiente contenedor de las vísceras y, mediante la articulación lumbo-sacra, y mantenga en equilibrio a la parte superior del cuerpo en forma parecida a un cojinete. Cuando un cuerpo está mal estructurado (en mala posición) es común que el abdomen apenas se sostenga por los músculos y la piel de la pared anterior del abdomen y, en consecuencia, su contenido se derrame formando una «panza abultada».

Los factores relacionados con la función sexual y la sexualidad del ser humano se encuentran en esta parte del cuerpo. En la filosofía tántrica hindú se reconoce a la pelvis como el lugar de la fuerza vital llamada kundalini (Johari, Harish, Los chakras. Centros energéticos de la transformación, 1995) con la cual se asocian las energías o actitudes más primitivas y la supervivencia humana.

Para mantener una sana estructura corporal, en la pelvis se encuentran asociados una gran cantidad de piezas óseas y articulaciones, infinidad de músculos, tendones y ligamentos asociados a la región lumbo-sacra las cuales en conjunto le dan solidez estructural y posibilidades funcionales y de las que rara vez o casi nunca tenemos conciencia, conocer su funcionamiento puede ayudarnos a evitar bloqueos crónicos —que con el tiempo se conviertan en deformaciones— antes de que las molestias (dolor de cintura y/o cadera) se presenten en este poderoso centro del cuerpo. Sobre esto hablaremos en la siguiente entrega.

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