Para aclarar las dudas existentes en torno a la anticoncepción de emergencia (AE), el especialista de la Fundación Clínica Médica Sur, Martín Tulio Santa Rita Escamilla, se reunió con estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Al dictar la conferencia ¿Qué pasa con la AE?, señaló que ésta no debe considerarse como un método «rutinario» de anticoncepción sino como una alternativa para prevenir un embarazo no deseado. También insistió en que este método no es abortivo, pues su función es inhibir la ovulación, mas no interrumpir un embarazo.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), refirió Escamilla, las principales causas por las que se recurre a la AE son por relaciones sexuales sin protección (55 por ciento), falla del método de barrera (35 por ciento) y por no ingerir las pastillas anticonceptivas o por violación (10 por ciento).
Para el especialista, el uso de métodos anticonceptivos es indispensable ante los 20 millones de abortos inseguros que se practican cada año, las 80 mil muertes causadas por complicaciones abortivas y las 585 mil muertes maternas por complicaciones durante el embarazo.
«Hablar de ellos es referirse a los fármacos que más se han estudiado y utilizado. Se calcula que 72 millones de mujeres en todo el mundo los han tomado, 50 por ciento procedentes de países en desarrollo de América Latina», agregó.
El especialista recomendó ingerir las pastillas antes de las 72 horas después de una relación sexual no protegida. Además, afirmó que éstas se pueden usar en cualquier momento del ciclo menstrual, sin embargo aclaró que no previenen las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
Asimismo, enfatizó que la AE es altamente eficaz si se ingiere en el lapso establecido a la vez que explicó sus efectos colaterales (como dolores de cabeza, mareos, fatiga y sensibilidad mamaria anormal, así como náuseas y vómito), por lo general, sólo duran 24 horas después de la segunda dosis entre los que destacó.
El especialista indicó que el tema de la AE debe ser incluido en los programas de estudios de medicina, farmacología y enfermería, al tiempo que dijo que la educación debe hacerse extensiva tanto a mujeres como a hombres, pues «estamos acostumbrados a educar a las hijas y no a los hijos» sobre el tema, concluyó.
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