Inicio El cuerpo nuestro de cada día

El cuerpo nuestro de cada día

Por Carolina Velásquez

Una parte central de la espalda es la columna vertebral, el auténtico pilar de nuestro ser, según Debbie Shapiro.

Vinculada con el esqueleto, el sistema nervioso central, el suministro de sangre y la energía espiritual; cualquier perturbación en la columna puede traer repercusiones en la estructura corporal, el sistema nervioso y en nuestras variadas funciones orgánicas, «cada pensamiento, sentimiento, hecho, respuesta e impresión queden marcados» aquí y en la parte del cuerpo implicado, sostiene Shapiro.

Y agrega: «Es la primera parte del cuerpo físico que se forma después de la concepción; a partir de ahí se desarrolla el resto del organismo. Representa, por tanto, el deseo de encarnarse, de convertirse en ser vivo».

La columna refleja, además, el sistema de chakras (centros de energía, siete en total) y la energía kundalini, que se origina en su base y se desplaza hacia arriba hasta la cabeza (Cuerpo mente. La conexión curativa, 1991).

También llamada espina dorsal o raquis, es un apoyo fuerte pero flexible que sostiene cabeza y cuerpo erguidos y permite a la parte superior del cuerpo doblarse y girar. Fuertes ligamentos y músculos la rodean, estabilizando y controlando nuestro movimiento.

Somos más capaces de doblarnos hacia delante que hacia atrás gracias a la forma de sus 33 vértebras (huesos cortos similares a anillos, unidos por una serie de articulaciones móviles) que, superpuestas unas a otras, integran esta especie de «serpentina» de un promedio de 70 centímetros de largo: siete cervicales, las más flexibles, en el cuello; doce dorsales o torácicas, que anclan las costillas, en la parte superior de la espalda; cinco lumbares en la parte inferior, las cuales soportan el peso y ofrecen un centro de gravedad estable al movernos, en la base se encuentran el sacro (en forma de cuña) y el cóccix (en forma de cola), ambos integrados por varias vértebras soldadas (Bermond, La salud de su columna vertebral, 1984).

Una columna sana debe tener tres curvas suaves que ayudan a hacerla resistente y aseguran un centro de gravedad equilibrado –las secciones cervical y lumbar se curvan ligeramente hacia delante, mientras que la sección torácica se curva hacia atrás–, las curvas exageradas o anormales pueden deberse a: un defecto congénito, una postura deficiente, músculos abdominales débiles o enfermedades debilitadoras de los huesos como la osteoartritis (Atlas del cuerpo humano, 1995).

Algunos consejos preventivos. Debe evitarse: dormir boca abajo, leer acostado/a durante mucho rato, levantar una carga con las rodillas tiesas (sin doblar), llevar bultos pesados o bolsa de un sólo lado, sentarse en una silla demasiado alta o baja, realizar trabajos pesados o actividades que impliquen fuerza de un sólo lado (empujar la aspiradora o llevar al perro a pasear), sentarse en lugares demasiado blandos (que se hundan). Observa si puedes llevarlos a cabo. Hasta la próxima.

Comentarios: [email protected]

*Periodista Mexicana

2004/BJ

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido