Las bondades de la sonrisa interior se han comprobado a través de la quinesiología aplicada, según Nutis.
Los músculos faciales y las comisuras de la boca están conectados con la glándula del timo. Al sonreír se elevan estos músculos y la glándula se activa
«Los sabios taoístas afirman que cuando se sonríe, los órganos producen una secreción similar a la miel, que nutre todo el cuerpo. Cuando se está enfadado, temeroso o sufriendo stress, los órganos producen una secreción venenosa que bloquea los canales de energía, se instala en los órganos y causa pérdida de apetito, indigestión, aumento de tensión arterial, taquicardia, insomnio y emociones negativas», explica Nutis.
Al sonreír desde el interior de nuestro «yo soy corporal», hace que nuestros órganos se expandan, volviéndose más suaves y húmedos, por tanto, más sanos y eficaces.
Para desarrollar esta práctica es necesario que antes prepares el cuerpo físico, relajándolo, se hace en una silla cómoda, con algunos ejercicios que relajen la columna vertebral y colocando la lengua pegada al paladar.
Sobre esto hablaremos en la próxima entrega.
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* Periodista mexicana y psicoterapeuta Gestalt
06/CV/LR