Mientras que en el México actual, aún se debate si las y los adolescentes tienen derecho a tener información sobre anticonceptivos, a principios del siglo XX la primera directora de cine mudo, Lois Weber, expuso la necesidad de acceder al control de la natalidad como un derecho.
En un acto comprometido con la sociedad Lois abordó las espinosas temáticas de la prostitución, el aborto, y la corrupción.
Temas censurados en la primera década del siglo XX y que ella toma como materia de trabajo y las coloca en la pantalla que hasta ese momento era muda. La cineasta innovó en la pantalla los carteles con títulos como parte del discurso visual para complementar la acción de las actrices y actores.
Al estar en el ojo del huracán de la censura, Lois Weber fue contratada por los estudios Universal como directora con un sueldo de 5 mil dólares, que serían el principio de su fortuna porque al ser tan criticadas y censuradas sus películas, se hacían largas filas para ver sus cintas.
Durante su carrera, Lois no sólo fue actriz de 88 películas, sino que participó como escritora de 114, dirigió 134 y produjo de manera independiente 14 películas.
Llevó o a la pantalla en más de una ocasión el trato desigual que enfrentaban las mujeres en la sociedad, con maestría echó mano del discurso fílmico para denunciar y crear conciencia de que se puede tener otra realidad.
La segunda década del siglo XX trajo una mala racha para el quehacer fílmico de Lois ya que las audiencias exigían películas de romance y acción que no los confrontaran con su realidad. Es así que su cine de realismo social, en el que siempre había trabajado, se fue en picada.
Weber nació el 13 de junio de 1881 en Allegheny, Pennsylvania (ahora vecindad de Northside de Pittsburgh), antes de ser directora de cine fue pianista y al huir de su hogar para convertirse en cantante en Nueva York (deseo que no logró) se mantuvo como predicadora en la calle cantando himnos sacros para ganarse unas monedas.
Es ahí donde conoció a quien fue su marido y socio, Smalley Phillips.
Lois Weber murió el 13 de noviembre 1939 en Pennsylvania arruinada y olvidada por aquellos a quienes llevó a la gloria. El único reconocimiento que le hizo la industria que contribuyó a construir es una estrella dorada en el Boulevard Hollywood.
En una época, en la que las mujeres sólo eran un adorno, Lois Weber nos heredó la conquista del cine y el compromiso social de luchar por la equidad y los derechos sociales desde nuestro quehacer cotidiano.
*Periodista mexicana
06/EC/LR