Carolina Velásquez*
Para continuar con la sonrisa interior, meditación taoísta que se realiza en tres líneas, esta vez terminaremos con el recorrido por la primera parte, línea frontal, a través de la cual podrás hacer un masaje en tus principales órganos internos.
Cabe recordar que la práctica de esta meditación, a diferencia de otras, se realiza en una silla, con una relajación previa de la columna vertebral (ver artículo www.cimacnotcias.com, servicio semanal del 29 de agosto y 5 de septiembre). Con los ojos cerrados, centra tu atención en el entrecejo y sonríe levantando la comisura de tus labios, contacta con una luz dorada y permite que cubra rostro, cuello y pecho.
En la entrega anterior el recorrido quedó en el timo, glándula que se encuentra bajando la garganta en medio del pecho antes del centro del corazón. El paso siguiente es el corazón, siguiendo las instrucciones de Janette Nutis, instructora Senior de Tao Curativo en México.
Concientiza ahora los latidos del corazón y sonríele, agradeciéndole por su trabajo, llénalo de gozo, amor y respeto, deja que se mezcle con la sonrisa, «deja que estas virtudes irradien a los órganos, las glándulas y el cuerpo entero», dice.
Pasa a los pulmones, al frente y detrás, siente como responde al calor de la sonrisa, llénalos con valor y rectitud. Deja que la sonrisa baje al hígado, siéntelo abierto, agradécele su trabajo como laboratorio del cuerpo y su papel en la digestión. Siente cómo se va suavizando
En ese momento, propone Nutis, «deja que la mezcla de sonrisa con las virtudes del corazón y los pulmones transforme cualquier enojo escondido en el hígado y lo transforme en bondad».
Ahora centra tu atención en el páncreas y bazo, agradece al páncreas la producción de insulina para regular el nivel de azúcar en la sangre y por las enzimas para la digestión. Sonríe al bazo, agradece su producción de anticuerpos que combaten las enfermedades.
Comenta, «al sonreírles (páncreas y bazo) siente que cualquier preocupación que se encuentre en ellos es transformada en apertura y equilibrio por la sonrisa realzada por las virtudes del corazón, pulmones e hígado».
Pasa la sonrisa a los riñones, agradece nuevamente por su trabajo que desintoxica, filtra la sangre, elimina los desechos y mantiene el balance del agua en el cuerpo. «Siéntelos más limpios y frescos». Sube a las glándulas suprarrenales (que están sobre los riñones), sonríe y agradece su producción de adrenalina y hormonas.
«Siente cualquier miedo transformarse en gentileza con la energía sonriente mezclada con las virtudes», explica Nutis. Después baja, sin dejar de sonreír, a los ductos uretrales hasta la vejiga.
Lleva la energía de sonrisa hacia los genitales en el abdomen bajo, conocidos como palacios: ovárico en las mujeres, localizado a nueve centímetros bajo el ombligo, y espermático en los hombres, localizado a cuatro centímetros hacia arriba desde la base del pene, en el área de la próstata y la vesícula seminal.
Sonríe centrando tu atención en una especie de espiral de energía dorada que recorre tus genitales. Mezclando energía sexual, sonrisa y virtudes, llévala arriba al ombligo y concéntrala ahí girando en espiral, al hacerlo sentirás una especie de succión en esta parte.
En la próxima entrega terminaremos con la meditación de la sonrisa interior, haciendo el recorrido por las otras dos líneas. Línea media, sonrisa del sistema digestivo, y línea posterior, sonrisa a la columna vertebral.
* Periodista mexicana y psicoterapeuta Gestalt
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06/CV/LR
