La democracia en América Latina se enfrenta a la necesidad de desarrollar y ampliar el núcleo de las garantías básicas, maximizar las oportunidades de autodeterminación, fomentar la autonomía moral y definir reglas que arroje nueva luz al binomio derechos humanos, consideró Judith Bokser Misses, Consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
Al comentar el libro El legado de las violaciones de los derechos humanos en el Cono Sur, de los autores Mario Sznajder, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel, y Luis Roniger, de la Wake Forest University, en North Carolina, Estados Unidos, Bokser Misses consideró que Latinoamérica debe afrontar con seriedad y vigor los riesgos que penden en la construcción de la democracia.
«La perspectiva regional se inserta en un mundo que cambia y los llamados de la democracia aluden a todas las dimensiones, a lo jurídico, a lo político, a lo social, a lo cultural, a lo nacional y a lo internacional, y por tanto abre nuevamente el tema de los logros, pero también de las grandes tareas pendientes», manifestó.
La Jefa de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que el llamado Cono Sur, desde sus experiencias locales de redemocratización, encuentra en las revoluciones de los derechos humanos una expresión paradigmática.
La académica dijo que a nivel continental se comparte la necesidad de repensar el espacio público como lugar de acción colectiva, a partir del ejercicio de conjuntar poder público con presencia, anuencia y consenso ciudadano.
A su vez, Mario Sznajder, coautor del libro El legado de las violaciones de los derechos humanos en el Cono Sur, aseguró que hoy en día muchas sociedades de América Latina viven una fuerte escalada de violencia represiva, la cual no necesariamente se dio a partir de los regímenes militares, sino que se ha presentado desde tiempo atrás.
Consideró que uno de los temas pendientes en la región es la impunidad, la cual parece nunca terminará y que cubre a todos los sectores de gobierno. «Para tener una verdadera democracia en América Latina, se necesita que no haya impunidad», comentó.
Por su parte, Luis Roniger aseveró que en Latinoamérica siempre ha habido represión gubernamental y las violaciones a los derechos humanos es una norma internacional en la actualidad.
Sin embargo, pidió tener presente que deben hacerse transformaciones a través de la educación, porque «no basta con cambiar las leyes y tener jueces con perspectivas de derechos humanos, hay que ir más allá e implementar programas educativos para hacer exigibles los derechos».
En tanto, Amerigo Incalcaterra, representante en México de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, declaró que «el déficit del conocimiento de los derechos en el mundo es grave».
«Hay que conocerlos para aplicarlos y hacerlos exigibles, pero eso no sucede», indicó. Además, advirtió que la sociedad camina hacia un futuro incierto, debido a que se ha olvidado de revisar su pasado.
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