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Nada de andar padeciendo violencia en la anarquía

Por Cecilia Lavalle*

A partir del martes pasado en mi país se decidió que para que una mujer se divorcie por motivos de violencia intrafamiliar No basta su dicho, No basta un buen abogado, No bastan algunos testigos. Es necesario, es preciso, es imperioso un eficiente sistema de archivo.
Nada de andar padeciendo violencia en la anarquía. ¡No señora! Hay que organizarse. Hay que comprar un diario, hay que tener un archivero, hay que llevar una agenda pormenorizada de agravios. ¿O qué?, ¿además de agraviada, desorganizada? ¡No señora!
La Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que cuando se alegue violencia intrafamiliar para solicitar el divorcio, se deberán presentar detalles de las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrieron los hechos.
Esta decisión fue tomada por tres de los cuatro ministros que integran la Primera Sala de la Corte. Los ministros Jesús Gudiño Pelayo, Juan Silva Meza y Sergio Valls se pronunciaron a favor; mientras que el ministro José Ramón Cosío votó en contra.
La resolución proviene de una contradicción de tesis; es decir, decisiones diferentes ante un asunto similar. En este caso había contradicción entre resoluciones tomadas por el Tribunal Colegiado de Chiapas y el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del D.F.
El primero resolvió que para que procediera la demanda de divorcio por violencia intrafamiliar habría que detallar los hechos; el segundo falló en favor de que bastaban las generalidades.
La Corte resolvió (Reforma, Universal, septiembre 20): «No basta que en la demanda se narren genéricamente los hechos que a juicio del actor actualicen dicha causal de divorcio.
«Es necesario expresar pormenorizadamente las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que acontecieron los hechos para demostrar la violencia intrafamiliar.
«Lo anterior, no sólo para que la parte demandada pueda preparar su contestación y defensa, sino también para que las pruebas se ofrezcan y rindan relación con la litis establecida y para que el juzgador pueda estudiar la procedencia de la cuestión intentada».
La determinación de la scjn debe observarse en todo el país. Las y los jueces a lo largo y ancho de México deberán exigir, so pena de incurrir en grave falta, detalles del cuándo, dónde y cómo ocurrieron los hechos de violencia que motivan la solicitud de divorcio.
Así pues, No basta que una mujer que padece violencia en su hogar remonte el miedo, la angustia y la desvalorización de la que es objeto para que pueda romper el vínculo matrimonial que le une con quien la violenta. No basta que consiga un buen abogado/a, que gaste un dineral para pagar a su abogado/a y que enfrente un tortuoso trámite burocrático que la coloca en permanente riesgo. Lo que ahora necesita es: ¡llevar una agenda!
No basta que recuerde las veces que su pareja la abofeteó o la pateó o la amenazó con matarla. Cuando se presente la agresión lo primero que debe hacer es tener bien presente qué día es, observar muy bien el sitio donde se encuentra, echarle una miradita al reloj, y tener una memoria de lujo para recordar palabra por palabra, golpe por golpe y ofensa por ofensa.
Luego debe anotar en su agenda, su cuaderno o su diario las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrieron los hechos. ¡Hay que organizarse!
No basta que un día sí y otro también la pareja le diga a una mujer que es fea, inútil, estúpida o que no sirve para nada. Cuando la agredan debe prestar atención a la hora, fecha, modo y lugar, y en una oportunidad anotar todo. ¡Qué es eso de ser agredida y perder detalle!
No basta que a una mujer se le impida trabajar o estudiar, se le cuente cada centavo y que todos los bienes adquiridos en el matrimonio –que, por supuesto, se encuentra bajo el régimen de bienes separados- estén a nombre del señor de la casa. Hay que llevar un registro pormenorizado de la fecha, hora, modo y lugar en que le han sometido económicamente. ¡Alguien tiene que poner orden al desorden en que la agraden!
¡Ah!, pero tampoco eso basta. Nunca hay que olvidar que la palabra de una mujer vale muy poquito en México. Y lo mismo sucederá con los registros y los archivos y las agendas y los diarios que pudiera presentar.
De manera que, además, necesitará testigos o pruebas de que no miente. Puede ser, imagino, cámaras ocultas, micrófonos ocultos, una mini red de espionaje más o menos sofisticada.
¿Que le puede costar peores agresiones? ¿Que le puede costar la vida? ¿Que esta determinación agravará la situación de mujeres que quieren salir del círculo de violencia?
Pues sí, pero para la Corte la prioridad es el detalle, las precisiones, los pormenores. Nada de generalidades. No basta padecer violencia en el hogar. No basta querer romper el vínculo matrimonial con el agresor. Aquí, las agresiones tienen que estar documentadas de manera organizada, detallada y precisa. ¿Padecer en la anarquía? ¡Eso sí que no! ¡No señora!
Apreciaría sus comentarios: [email protected]
*Periodista mexicana
06/CL/LR

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