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Fanny Fern (Sarah Willis)

Por Erika Cervantes*

Un estilo rebelde e irónico era el que marcaba la escritura de Sara Willis, quien desde su trinchera periodística, defendió el derecho de las mujeres a la educación y a no ser tratadas como tontas.

En el periódico La Rama de Olivo de Boston, Sarah se acercó a la sociedad para que a través de anécdotas cotidianas reflexionaran sobre el papel de las mujeres en el siglo XIX en los Estados Unidos de Norteamérica.

En algunas ocasiones incitaba a las mujeres a experimentar el ser tratadas como hombres, les narraba la experiencia de vestirse con la ropa de su marido y salir a la calle, la sensación de libertad y confianza de andar por el mundo sin limitarse a las paredes de su casa.

Provocativa y polémica, su columna se mantuvo a lo largo de 17 años en los que no sólo se mantuvo en Boston. La aceptación y fama le valió llegar a periódicos de Nueva York y era tanta su inventiva que recopiló las columnas por temas y las publicó como gacetillas de las cuales, se vendieron casi 100 mil copias en América e Inglaterra.

Sarah entonces publicó una novela autobiográfica llamada Ruth Clavada en el Pasillo en 1894 en la que denuncia cómo las mujeres se encuentran atrapadas por los varones al no tener dinero propio.

Para 1855 Sarah recibía 100 dólares mensuales por su columna y de esa manera pudo emprender su segunda novela Rose Clark que fue publicada en 1856, pero no era tan popular como la primera novela debido a la carencia del realismo y la similitud con la primera.

Fern del trasero o Sarah Willis fue una de las columnistas mejor pagadas en su época además de ser la primera que tuvo que ocultar su nombre con el seudonimo de Fanny Fern que quiere decir el Trasero de Fern.

Su congruencia la llevó a fundar el Club Pionero de las Mujeres de Nueva York en 1868 que sería en el futuro un pilar importante en la lucha por los derechos de las mujeres en Norteamérica.

Nació el 9 de julio de 1811, en Connecticut y recibió una educación convencional en el seminario femenino de Catherine Beecher en Hartford.

Durante su vida, se repuso de una viudez prematura y un segundo matrimonio que acabó en divorcio, pero la educación que recibió en casa, le permitió ser una mujer independiente y autónoma.

Sarah Willis murió el 10 de octubre de 1872 de cáncer en Nueva York y fue sepultada en el cementerio Mount Auburn en Cambridge, Massachusetts. Nos heredó su autonomía y lucha por la equidad de derechos de las mujeres frente a los varones.
* Periodista mexicana
06/EC/LR

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