La sonrisa interior es la primera meditación de curación y relajación interna, que propone tanto para mujeres como para hombres el enfoque del sistema Tao Curativo, difundido desde oriente por Mantak Chia al mundo occidental.
Una relajación profunda que disuelve las tensiones físicas y mentales que pueden crear bloqueos energéticos y Chi (energía vital) enfermo.
Para el Tao curativo, la sonrisa interior puede contrarrestar el stress de la vida cotidiana, ya que tiene una íntima relación con el timo, glándula fundamental del sistema inmunológico.
A diferencia de otras meditaciones –que se hacen a través de los chakras (centros de energía)– en esta propuesta es fundamental conocer nuestros órganos vitales y sus funciones corporales y espirituales, aprender a escucharlos, limpiarlos, alimentarlos y transformar su energía (pulmones, riñones, hígado, corazón, bazo).
La sonrisa interior puede hacerse de varias maneras, una de ellas es para relajar y equilibrar las emociones de quienes la practiquen.
RELAJA Y EQUILIBRA
Antes de empezar siéntate en una silla cómoda, con los pies tocando el piso, relaja la columna vertebral con el ejercicio de «mecer la columna vertebral», meciéndote de lado a lado desde los isquiones (huesos de las asentaderas) y el sacro, notarás que vas a ir acomodándote mejor en la silla, con un apoyo en los isquiones y no en el coxis.
Junta las palmas de las manos (izquierda abajo, derecha arriba), cierra los ojos e inicia fijando tu atención en el corazón –centro del amor y la apertura, también del odio, la prisa y la arrogancia–, sonríe a esta órgano levantando la comisura de tus labios y permite que esta energía de sonrisa lo cubra.
Observa qué emociones aparecen y reconócelas. Al respecto, dice Janette Nutis, instructora Senior de Tao Curativo en México,
«Cuando comenzamos sonriendo al corazón, a veces surgen odio o impaciencia. Si podemos continuar sentiremos que la alegría interna, el amor y el gozo empezarán a crecer con mucha facilidad. Si la gente no puede sentir amor y alegría interna, nada podrá hacer que se sienta feliz».
Nutis recomienda hacer la meditación órgano por órgano, sonriendo, observando que emociones se presentan y haciendo una pequeña visualización.
TRANSFORMA TUS EMOCIONES EN VIRTUD
Sonríe a tu corazón, siente el amor y el gozo, permite que se expanda en tu cuerpo y fuera de ti, rodeándote, hacia el universo. Siente cómo regresa, multiplicándose, hacia tu corazón como una luz roja. Deja que la luz del corazón brille hacia cada órgano del cuerpo como la luz del sol.
Si surge impaciencia u odio, señala Nutis, sigue sonriendo y mandado amor y felicidad hacia éstas emociones, «eventualmente se convertirá también en un energía amorosa y feliz».
Después continúa el proceso sonriendo al estómago, bazo y páncreas, observando si se aparece preocupación o ansiedad. Inhala una luz amarilla dorada, un sentimiento de apertura y justicia del poder e la Tierra. Es importante que en este momento aceptes tus preocupaciones equilibrándolas con las virtudes de apertura y justicia.
Sonríe luego a los pulmones observando si hay tristeza. Inhala la luz blanca y pura de la alta montaña y el valor del poder del metal. Acepta tu tristeza y equilíbrala con rectitud
Pasa a los riñones y la vejiga y ve si surge miedo. Deja que el sol brille en el océano evaporando una luz azul. Inhala esta luz y la gentileza y quietud del poder del agua. Acepta tu miedo y equilíbralo con gentileza y un estado de alerta.
Sonríe ahora al hígado, observa si hay enojo, resentimiento o frustración en él. Deja que la luz del sol brille en el bosque produciendo una luz verde. Inhala esta luz verde y la bondad y generosidad del poder de la madera. Acepta tu enojo y equilíbralo con la bondad y la generosidad.
Haz dos rondas más de este ciclo, relajando y equilibrando las emociones con la sonrisa, de esta manera transformarás la energía de las emociones que se presenten en energía de virtud.
La práctica de la meditación taoísta de la sonrisa interior puedes hacerla todos los días al despertar.
Al respecto dice Nutis, «mejorará tu día entero. Si amamos nuestro cuerpo, seremos más amorosos con las y los demás y más eficientes en el trabajo. Una vez que hayas aprendido la práctica, toma de cinco a diez minutos para sonreírle a todo el cuerpo. Trata de mantener la sensación de la sonrisa interior a lo largo del día. Ten siempre presente este sentimiento pues es uno de los mejores remedios contra el estrés».
*Periodista y psicoterapeuta Gestalt
[email protected]/CV/LR