La práctica de los sonidos curativos, descubiertos por los maestros taoísta hace ya miles de años, permiten que los órganos internos se mantengan en condiciones óptimas, ayudándolos a prevenir y/o aliviar enfermedades.
En su meditación, estos sabios orientales llegaron a la conclusión de que un órgano sano vibra a una determinada frecuencia y mediante el sonido se puede ayudar a mantenerlo en equilibrio –en una frecuencia adecuada–, transformando el calor que se acumula en ellos por el estrés físico (contaminación y comida de mala calidad) y emocional (ansiedad, soledad, prisa) a través del sistema digestivo y la boca.
Respecto a la forma cómo los sonidos limpian órganos y piel, Janette Nutis, instructora Sinior de Tao curativo en México, comenta que «contribuyen a la eliminación del calor a partir de las fascia (tejido conjuntivo) que es el saco o membrana que rodea a cada órgano, y que en condiciones ideales libera el exceso de calor a través de la piel».
Así, «la práctica diaria de los seis sonidos devolverá y mantendrá la calma y la buena salud. Se producirá un aumento del placer sexual y una mejora de la digestión, se podrán prevenir o eliminar con facilidad molestias menores, como gripe, resfriados y dolor de garganta».
En los sonidos, Nutis propone observar siete pasos a tomar en cuenta cuando realices la práctica (Sistema completo de disciplinas taoístas, Manual básico, 2000):
Asegúrate de adoptar la postura adecuada y de emitir el sonido apropiado para cada órgano.Durante las posiciones de exhalación mira al techo con la cabeza inclinada hacia atrás, de esta manera abrirás «una vía directa que va desde la boca hasta los órganos, pasando por el esófago y permite un intercambio de energía más eficaz».Los sonidos se hacen de una manera subvocal, es decir en la producción del sonido intervienen labios, dientes y lengua, se emiten de manera lenta y uniforme.Asegúrate de seguir los pasos de cada ejercicio tal y como se propone (lo haremos en la siguiente entrega), lo cual contribuirá a una distribución uniforme del calor por el cuerpo. «El orden establecido en cada ejercicio sigue el orden natural de las estaciones, desde el otoño hasta el verano indio», de acuerdo al ciclo creativo de los cinco elementos.Para iniciar la práctica espera una hora luego de la ingestión de alimentos, pero si tienes gases, náuseas o dolor de estómago puedes hacer el sonido del bazo al terminar de comer.Escoge un lugar tranquilo para hacerlos, sin ruidos ni interrupciones que te distraigan, que te permita alcanzar un nivel alto de concentración.Cubre el cuerpo con ropa cómoda y suelta –sobre todo en la cintura– que permita no sientas frío. Deja a un lado todo lo que te estorbe, como reloj, aretes o lentes.
La posición para la práctica es en una silla cómoda, sentada o sentado sobre el cóccix al borde, con los genitales (importante centro de energía) deben estar fuera de la silla y sin nada que los apriete. Piernas separadas, alineadas a la distancia de la cadera y los pies que deben estar bien apoyados sobre el piso.
Mantén la espalda recta, los hombros relajados y el pecho ligeramente hundido, ojos abiertos durante la exhalación de cada sonido. Descansa las manos sobre los muslos con las palmas hacia arriba.
Al hacer la práctica es posible que te den ganas de bostezar, eructar o liberar gases, es un efecto secundario y señal de que en tu cuerpo se está moviendo energía.
* Periodista, facilitadora de grupos, psicoterapeuta con Enfoque centrado en la persona y Gestalt.
06/CV/GG