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Alimentar un estado de calma, valor y rectitud

Por la Redacción

Para el Tao curativo, el primer sonido para mantenernos en óptimas condiciones, previniendo o aliviando enfermedades, es el de pulmón, órgano interno relacionado con el metal, el otoño, la tristeza y la rectitud (valor), el sentido del olfato (nariz, mucosidad, piel).

El color de este órgano va del gris al blanco, su horario entre tres y cinco de la mañana y el intestino grueso es su órgano asociado. Para limpiar y mantener en equilibrio los pulmones es el sonido SSSSSSSS que se emite colocando la punta de la lengua atrás de los dientes frontales del maxilar superior.

Aún cuando las condiciones para realizar la práctica taoísta de los sonidos curativos –pulmones, riñones, hígado, corazón, bazo y triple calentador– es igual para todos los órganos, cada uno tiene su particularidad. Es importante por ello tomar en cuenta que debes hacer en cada uno.

Como en otras entregas, hemos descrito que siempre se hace con la siguiente preparación: en una silla, sentada o sentado al borde, piernas separadas; pies apoyados sobre el piso; espalda recta con hombros relajados y pecho ligeramente hundido; ojos abiertos en el momento de la exhalación y producción del sonido.

Los pasos de la práctica son ocho y debes seguirlos uno a uno, dándote un tiempo para hacerlos en un lugar sin ruido donde no tengas interrupciones (Nutis, El sistema completo de disciplinas taoístas, Manual básico, 2000).

Con los ojos cerrados sonríe a tus pulmones (levantando la comisura de tus labios), date cuenta de la calidad de su energía y contáctalos a través del olfato (huele tus pulmones). Es posible que notes alguna sensación desagradable (plomo, olor a humo, ceniza, sabor a metal, tristeza o pena) o aparezca un color gris. Luego visualiza una luz blanca «fresca y pura como la de la alta montaña».
Inhala de manera profunda, levanta los brazos al frente. Cuando tengas las manos a la altura de los ojos, gira las palmas y ve subiéndolas por encima de la cabeza. Sostenlas ahí, con los codos doblados y los dedos pulgares hacia fuera. Es posible que sientas un pequeño tirón desde la parte baja de las palmas de las manos hasta los hombros, pasando por antebrazos, codos y brazos. Sentirás cómo los pulmones y el pecho se abren y tu respiración podrá fluir de manera más fácil.
Abre los ojos y exhala cerrando las mandíbulas suavemente, permitiendo que los dientes frontales de ambas se junten suavemente y separando los labios un poco, deja salir el aire lentamente a través del espacio interdental produciendo el sonido SSSSSSSS.
Mientras exhalas visualiza cómo está la pleura –membrana que cubre tus pulmones— y observa cómo va expulsando el exceso de calor, tristeza, pena o depresión. Sin forzarte, mantén una intención de liberar la energía que está en exceso.
Al terminar la exhalación, gira las palmas de las manos hacia ti bajando los brazos. Cierra los ojos, contactando una energía blanca que entra por la coronilla de la cabeza y baja hacia los pulmones, sostén las manos frente a ellos y siente cómo los irradia esta luz blanca y brillante llenándolos de valor y rectitud. Baja los brazos lentamente y coloca hacia arriba las
palmas de las manos sobre los muslos.
Toma el tiempo que necesites para cubrir tus órganos internos con esta energía, concentrándote en transformar la tristeza y la pena en rectitud y valor.
Observa las sensaciones que puedan despertarse en todo tu «yo soy corporal».
Al normalizar la respiración repite el sonido tres veces.

Con relación a los beneficios de este sonido, Nutis señala que es adecuado contra resfriados, gripe, moqueo, dolor de muelas, tabaquismo, depresión o desintoxicar los pulmones (se puede repetir el sonido 9, 12, 18, 24 o 36 veces).

Y agrega, «puede ser útil también para eliminar el nerviosismo cuando nos encontramos frente a una multitud. Puedes realizar el sonido subvocalmente, sin necesidad de la postura ni el movimiento de manos».

Si no te es suficiente con este sonido para entrar en un estado de calma, puedes apoyarte con el sonido de corazón y la meditación de la sonrisa interior, de la que ya hemos hablado ampliamente en otras entregas. Anota tu experiencia en tu Diario del Cuerpo.

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*Periodista mexicana, facilitadora de grupos, psicoterapeuta con Enfoque centrado en la persona y Gestalt

06/CV/GG

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