El debate desatado por la iniciativa presentada en la Asamblea Legislativa del DF para incluir una quinta causal para el aborto legal tiene como escenario los medios de comunicación.
Por un lado, los grupos y partidos que se oponen a la inclusión de una nueva causal, vinculados directamente con el poder político panista y con grupos económicos de tendencia conservadora, utilizan los medios de comunicación masiva, como la televisión, el radio, con mensajes donde personajes públicos, «líderes de opinión», se manifiestan a favor de la penalización del aborto.
Y la iglesia católica, sumada a otras como la evangélica, utilizan el púlpito –medio de información cara a cara que durante siglos les ha sido efectivo- para oponerse a cualquier medida que permita el aborto. Pero los medios masivos también son aprovechados para difundir las opiniones, reiteradas, ya sabidas, de los prelados.
El gobierno del Distrito Federal, por otro lado, en su apoyo a la iniciativa que será votada el próximo 24 de abril en la ALDF, inició, más tardíamente que los conservadores, una campaña que no tiene la fuerza de impacto que la imagen del cómico Chespirito en los medios masivos, pero que cuenta con otras estrategias, a las que se suman las ONG y grupos de mujeres, más vinculadas con las movilizaciones de los grupos de izquierda: marchas, volanteo.
EMPORIOS, GOBERNANTES Y CÓMICOS
Grupo Radio Centro, uno de los consorcios más grandes del país, se sumó a la campaña del PAN, haciendo eco del «posicionamiento» de Felipe Calderón «por la vida».
Después, inició su participación Roberto Gómez Bolaños «Chespirito» (conocido personaje de la TV en México y América Latina), con un spot publicitario transmitido por televisión donde se manifiesta en contra del aborto.
«Hola, soy su amigo Chespirito. Cuando estaba yo en el vientre de mi madre, ella sufrió un accidente que la puso al borde de la muerte. El médico le dijo: «Tendrás que abortar». Y ella respondió: «¿Abortar yo? Jamás». Es decir, defendió la vida, mi vida. Y gracias a ello estoy aquí».
El promocional termina con un llamado a la sociedad: «Abortemos la ley, no a la vida».
Otra de las campañas antiaborto ha sido promovida por la Iglesia Católica: durante la misa de Domingo de ramos, por ejemplo, Norberto Rivera Carrera señaló que «la Iglesia no callará frente a la amenaza a la vida».
EXPERIENCIAS
La ALDF anunció que llevará hasta los medios de comunicación el caso de Paulina, una mujer que fue violada a los 13 años y a quien se le negó su derecho al aborto, a pesar de que lo solicitó a las instancias gubernamentales de Baja California, sin que éstas hicieran valer su derecho, consagrado en el Código Penal Federal, Capítulo V, Artículo 148.
El 14 de abril del 2000, Paulina dio a luz a un niño.
DERECHOS HUMANOS
En medio de las polémicas presentadas en la prensa y en la televisión, en donde el nivel de la discusión ha transitado desde lo más informado a lo banal, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza, hizo un llamado a ser responsables con los mensajes antiaborto y comprender que aunque en una democracia caben todas las opiniones, no se puede obligar a otros a pensar de una determinada forma.
Pero a quienes más interesan los debates, que las discusiones se amplíen y alimenten, es a los dueños de los medios, pues cada emisión, cada entrevista, las campañas mismas, constituyen una fuente de ingreso. No importa el tema, ni la calidad de la contienda. No importa que los úteros y el futuro de las mujeres signifiquen rating, es decir dinero.
¿AMENAZA A LA VIDA?
El aborto es un problema de salud pública, dicen mujeres, especialistas y quienes están a favor de que termine su práctica clandestina. Los riesgos para la vida de las mujeres son altos, si no se realiza en condiciones de salubridad aceptables.
En el DF se concentra el 14 por ciento del total de defunciones por aborto a nivel nacional y representa la tercera causa de muerte materna, mientras que a nivel nacional es la quinta causa, de acuerdo con Ipas México, a partir de un análisis de datos oficiales de la Secretaría de Salud.
Igualmente, según IPAS, e calcula que al año mueren en el país aproximadamente 100 mujeres por abortos inseguros.
Y el promedio de muertes por abortos inseguros en el DF es de 7 mujeres al año, lo que equivaldría a una mujer cada 52 días.
En México se realizan en la clandestinidad al menos 500 mil abortos anuales, con la consiguiente repercusión en días de trabajo y ocupación de camas en los hospitales por las secuelas. (Cimac, 29 sep 06)
Los riesgos de muerte materna aumentan en las áreas empobrecidas del país. Las indígenas tienen doble riesgo y la muerte por aborto clandestino afecta mucho más a las mujeres pobres que no tienen acceso a los hospitales.
En suma, el aborto en México trasciende la pantalla de televisión, las ondas hertzianas y las páginas de diarios y revistas, porque se ubica en el cuerpo de las mujeres, lugar donde sólo ellas deben decidir.
07/HVR/CV