Inicio Se endurece Felipe Calderón

Se endurece Felipe Calderón

Por Sara Lovera López

El rostro de Felipe Calderón se endureció ante la emboscada a militares en Michoacán, ahora héroes nacionales. Se llegó ya a una batalla cruenta donde el personal policiaco y castrense está rebasado.

El sitio de Cuarácuaro y pueblos aledaños habla de una guerra que, según los analistas, no aporta resultados objetivos y en cambio, ahí, ya saltaron como hongos las denuncias ciudadanas sobre abuso, allanamiento de morada, apresamientos ilegales y tortura.

Hombres amarrados a los postes, mujeres que no saben dónde están sus maridos, presidentes municipales impotentes ante los hechos. La zona está militarizada, el miedo se mete por debajo de las puertas y como el aire por las ventanas.

Al lado se dictaminó pena de cárcel por 67 años a los líderes de Atenco apresados hace un año; menudean las órdenes de aprehensión en Oaxaca contra appistas, se allanó la casa de una joven feminista, y se exculpa sin racionalidad ni razones claras al ejército en Atzopan, pretendiendo cerrar el caso del asesinato de Ernestina Asensio, como si todas las personas que sabemos leer y pensar fuéramos débiles mentales.

En cinco meses, Felipe Calderón ha desencadenando lo que los especialistas llaman una guerra sangrienta, en la que las ejecuciones, la destrucción y los enfrentamientos a balazos se hacen cotidianos y producen terror y miedo en la vida cotidiana, en el trabajo, en las calles, en las habitaciones privadas de las y los ciudadanos.

Tenemos que tomar en cuenta que las organizaciones internacionales de derechos humanos reconocen este proceso por «la seguridad» como un batido de criminalización de la lucha social, una política gubernamental de fuerza y una ciega y sorda impartición de justicia para quien protesta.

No importa dónde. Ahí están los jóvenes detenidos en San Luis Potosí, por usar arracadas y pelo largo; por coincidir con «los especialistas» sobre los estragos que traerá a la naturaleza la instalación de la Mina San Javier o las monjas que protestaron por la visita de Bush en Yucatán.

No paran los asesinatos y de desapariciones de periodistas. Ni para el asesinato de mujeres, hoy una de las 5 principales causas de mortalidad, según el reciente informe del Consejo Nacional de Población.

Crisis de gobernabilidad es lo que tenemos. Una bárbara decisión de promover, mantener y acrecentar la violencia. Los hechos no se pueden ocultar tras un discurso que no convence a nadie.

Lo más grave es que no hay debido proceso para Ignacio del Valle y otros dirigentes en Atenco, como no parece haberlo para la india mazahua Magdalena García, a quien se le retiene sin pruebas, sin fundamento, sin siquiera haberse probado que estuvo ahí, en Atenco, el 4 de mayo, según analiza y establece el informe de Amnistía Internacional que explicó por radio y al público Liliana Velásquez.

Y dijo algo más: ninguna instancia escucha, ni las procuradurías, ni los jueces, ni la fiscalía especial para atender los delitos contra las mujeres, ni nadie.

Los policías acusados de violación y maltrato en el caso Atenco, recibieron amonestaciones y una definición de «abuso de autoridad», algo risible por no reflejar ni la magnitud ni la gravedad del caso.

De acuerdo con los organismos internacionales de Derechos Humanos, por Amnistía y el Consejo de Naciones Unidas, la violación como represión, el abuso del cuerpo de las mujeres en un enfrentamiento o acción policiaca, en una detención, está considerada como tortura. Sobre ese grave crimen no hay castigo, hay impunidad.

Militares y policías son ahora héroes nacionales, no importa qué tan crueles y violentos sean con la población civil.

Calderón se ha constituido en jefe de fuerzas militares, en lugar de jefe civil de gobierno. En Michoacán, según las crónicas periodísticas, escuchó el parte de los militares y se retiró cuando se expusieron las versiones de los grupos civiles. Es decir la gente no existe, existe su plan militar para salvarnos de la droga, de la inseguridad, del crimen organizado y la guerra entre narcos. Nada más.

La pregunta es hasta cuándo podremos las familias, las mujeres, la gente admitir que todos los conflictos sean resueltos por un poder fundado en la fuerza militar. ¡¿Hasta cuándo?!

07/SL/GG/CV

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más