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Los mayas retornan al pasado

Por Sara Lovera*

Ivonne Ortega se convertirá en la sexta mujer gobernadora en toda la historia de México. La cuarta elegida constitucionalmente. Pero además, encabeza el retorno de la vieja familia priista a Yucatán. Su llegada marca una derrota ideológica para el Partido Acción Nacional, porque ahí, en la tierra de los mayas, se usó el tema del aborto y el hostigamiento contra una mujer para diferenciar los votos.

Los mayas se levantaron contra la derecha, ahí donde se erigió hace algunos años el monumento al feto. Porque una votación en la que participó casi 70 por ciento de los electores con ese derecho, según los datos disponibles o difundidos hasta ahora, no es menor.

En Yucatán, si se analiza además todo el proceso electoral, se probó el límite de las instituciones electorales, la magra ayuda de las leyes y la falta de control político de los partidos.

Técnicamente se llama retroceso democrático.

Las violaciones electorales saldrán a la luz muy pronto; mostrarán lo que ya vivimos en las elecciones federales del 2 de julio; la gente desconfía de las oficinas que organizan las elecciones. De eso no hay duda…

Panistas y priistas en la tierra de Carrillo Puerto mostraron claramente sus mañas, su demagogia, su capacidad para la trampa y el engaño. A pesar de todo ello, no deja de llamar la atención como existe una base social capaz de distinguir entre sus derechos fundamentales y la espiral de violencia desatada por Felipe Calderón en todo el país.

Yo creo que eso contó. Los 6 puntos de ventaja del PRI, con el 70 por ciento del conteo de casillas, tienen que llamar a la reflexión.

Bajo las condiciones de enfrentamiento y vigilancia mutua de los dos partidos que gobiernan en México, pareciera ser que no hubo acuerdo desde las alturas, y que la gente eligió lo menos malo».

Un «experto» le decía en televisión a un grupo de periodistas que la «propaganda negra» no desprestigia igual a un hombre que a una mujer. Interesante me pareció esta afirmación. Y además dijo, no es lo mismo meterse con una mujer que con un hombre. Pesa todavía la figura materna y probablemente hay una barrera infranqueable. Para muchas personas, sobre todo yucatecas, las mujeres son intocables.

Lo que pudo haber fue inducción del voto, se dirá. Entonces una parte tuvo más recursos para conseguir el triunfo. Surgirá la descalificación política.

La señora Ortega, además, tiene la desgracia de ser sobrina del viejo cacique de Yucatán, Víctor Cervera Pacheco, algo que lleva como una maldición, si consideramos que Cervera Pacheco representa el pasado más lamentable de nuestra vida política. Pero, ojo, simbólicamente era un buen padre para la población campesina e indígena.

A pesar de todo ello, quisiera pensar que la gente distingue. Que es posible que en Yucatán, el único estado de la República donde existe el derecho al aborto por razones económicas, desde 1922; ahí donde se celebró el Primer Congreso Feminista Mexicano en 1916 y en el lugar donde retumbaron las voces de las mujeres exigiendo educación sexual para sus hijas e hijos en 1921, todavía quedan resabios progresistas, a pesar de todo, porque ahí también floreció el Partido Socialista Mexicano.

¿Y por qué progresistas?, preguntarán. Sobre todo porque es cada vez más claro que PRI y PAN abanderan el engaño, la corrupción, la trampa y la mentira. Sin duda. Pero, ¿será que todos los votos fueron inducidos y pragmáticos?

O hay gente que sí sabe que el PAN acabará, si lo dejamos, con lo poco de historia que nos queda; entregará una a una las viejas conquistas, ha decidido usar la represión como arma contra la protesta social, ha caído en la tentación de poner retenes en todo el país.

En México, las mexicanas y los mexicanos no quieren volver a tiempos de persecución, de encarcelamiento y desapariciones. Las mujeres han dejado de callar ante las violaciones sexuales como arma represiva y saben que aumentó la violencia contra ellas desde que los neoliberales llegaron al país.

Ésta, la votación de Yucatán, tan enfrentada, donde, reitero, se usó el discurso ideológico y moral, el PAN fue rechazado. Eso significa que, como muchos afirman, la estrategia de Felipe Calderón para conseguir autoridad y legitimidad fracasará.

Nadie puede estar contento porque en Yucatán ni pinta la Social Democracia, menos la izquierda. Pero vale comentar que en Yucatán se reportan las cifras más bajas de violencia contra las mujeres y de feminicidio.

Los mayas todavía tienen en su piel el recuerdo de la lucha de castas. Esta es una leve reacción. No la echemos al bote de la basura. Pensemos.

07/SL/GG/CV

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