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Resistencia Machista en Zacatecas

Por Sara Lovera López*

El hoy senador de la República, Ricardo Monreal, hace más de siete años fue el creador de una trampa legaloide para impedir a las mujeres ocupar puestos de elección popular. Ahora ha creado su partido dentro del FAP, para poner obstáculos al desempeño de la única gobernadora del país y, lo que es peor, al desarrollo del PRD.

Cuando propuso en esos años cumplir con el requisito de designar candidatas en distritos previamente inalcanzables por el PRD, consiguió que en Zacatecas no hubiera una sola candidata a las diputaciones federales y se resistió a la candidatura de Amalia García, quien fue diputada.

Sus palabras las escuchamos entonces: «Hay que mandarlas donde perdemos y en número cumplimos con el mínimo de 30 por ciento», propuso, ante el estupor de la entonces la dirigencia del PRD.

Había olvidado que Amalia García lo impulsó. La hoy gobernadora de ese estado, primer productor de plata en México, impulsó el primer programa de gobierno con políticas públicas duraderas y jurídicamente legitimadas para el avance de la población femenina en su conjunto. Es la única entidad donde se certificará a los funcionarios públicos con la medida de conocimiento y compromiso con la equidad de género, para lograr su desempeño, un modelo que será promovido en todo el país.

El senador Monreal, se recordará, enojado con el PRI fue impulsado por Amalia García a la candidatura perredista, cosa que lo hizo gobernador hace casi 9 años. Desde hace 3 años ha querido insistentemente convertirse en el tutor de la gobernadora, es decir el hombre fuerte tras «el trono», en «líder moral» y, cómo Amalia lo resiste con elegancia, pero no lo permite, entonces actúa al margen del partido que le dio fuerza, poder, cara y espacio público a su carrera política. El señor Monreal se ha convertido en ejemplo de la peor de las actitudes: la deslealtad.

Pero aún más, como su hermano no fue elegido candidato perredista en Fresnillo, la segunda ciudad en importancia en el estado, impulsa a candidatos de otros partidos. Sin recato, sin sanción del partido al que libremente se afilió y con el apoyo y complicidad de los empresarios de los medios, diarios locales y radiodifusoras pueblerinas. Nadie sabe de dónde y cómo logra los recursos para sus planes.

En Zacatecas hay elecciones locales el próximo primero de julio. Se renovará el congreso local -que pretende controlar el senador Monreal y sus socios- y las presidencias municipales, aprovechando que se reactiva la minería y existe un piso económico construido por el gobierno del estado.

A esto se le llama resistencia machista. Como no pudo ser el líder moral, como no pudo imponer a su gente en todos los puestos –consiguió algunos– y cómo no se le dejó manejar desde su ex gubernatura al estado de Zacatecas, compró, así me lo contaron, el registro del Partido del Trabajo en la entidad; se asoció con el Partido Verde Ecologista, impulsa al PANAL e indirectamente fomenta la llegada de cualquiera, menos a los candidatos fieles al PRD.

Este es el tema central en estos días en Zacatecas y Monreal, amonestado apenas, levemente, por la dirección del PRD se maneja solo. Cuando habló hace unos días de que las campañas presidenciales de 2006 se financiaron con lavado de dinero, el coordinador perredista del Senado le enmendó la plana. Va sólo, está buscando de nuevo el control zacatecano. Y lo dejan.

Amalia García se ha convertido en el blanco de todos a quienes molesta que una mujer gobierne con inteligencia, basada en sus compromisos feministas, tendiendo puentes con el gobierno federal para resolver gravísimos problemas como la cosecha en el desierto, la falta de agua, los bordos urgentes o las siembras anticipadas a las lluvias, porque si éstas, por escasas que sean, llegan antes de la siembra de frijol lo contaminan, siendo este producto uno de los pocos que pueden detener la sangría de mano de obra que migra a los Estados Unidos constantemente.

Pero a machos como Monreal le debe doler que sus antiguos colaboradores, conocidos o coterráneos tengan que someterse a un sistema donde se trata de detener la violencia contra las mujeres; le molesta que sea Zacatecas el único territorio sin ejecuciones de las bandas de narcotráfico que azotan al país luego de la política de provocación de Felipe Calderón.

No ha admitido que hace casi 3 años se acabó su gubernatura.

Este es un buen ejemplo de lo que las mujeres encuentran en el camino de su ascenso al poder, peor si realmente buscan transformar, principalmente las relaciones entre los géneros.
Hace unos días Amalia García fue excluida por sus pares de la Conago, con idéntica actitud misógina a la de Monreal. Los gobernadores del país la enviaron con las señoras de los gobernadores a la foto oficial, mientras ellos se retrataban juntos, todos hombres.

Y seguramente quien maneja el poder ejecutivo en Zacatecas vive resistencias cotidianas, como la indiferencia del Poder Judicial para ponerse al día en la capacitación en género –que cunde por toda la entidad– a jueces que continuamente desestiman las averiguaciones previas de violencia de pareja en los procesos y dejan libres a muchos criminales de casa. Dice el Procurador de la entidad que este año hubo dos asesinatos de mujeres.

Las elecciones del primero de julio pueden traer al gobierno de Zacatecas dificultades para avanzar en las transformaciones fundamentales, como promover a mujeres en el trabajo en las minas, prohibido por los hombres desde 1874.

Un congreso retrógrado y machista, con mayoría petista o ecologista, frenaría, me temo, otras probables transformaciones a favor de las mujeres.

La resistencia es brutal, el uso de lo ilegal en la lucha por el poder mina en territorios que ni imaginamos cualquier avance.

La gobernadora de Zacatecas debe recordar en estos días cuánto protegió, apuntaló y ayudó a Monreal, con un mal sabor de boca. El PRD, no sabemos si estará a la altura de la contienda y no sabemos si expulsará o no a Monreal, lo que sabemos es que la dirigencia nacional está callada.

En Zacatecas, el partido diverso y múltiple que mangonea Monreal, a través del PT, el PANAL y los ecologistas, no ha propuesto candidaturas femeninas. En ellos se concentra cada vez más claramente su perfil misógino y excluyente, además de oportunista y sin ética. Habrá que esperar y al tiempo.

* Periodista y feminista mexicana, reportera en los diarios El Día, unomásuno y La Jornada, candidata en 2005 al Premio Nobel Mil Mujeres por la Paz.

07/SLL/GG/CV

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