En Oaxaca, los sub registros de muerte materna en 33 municipios indígenas en la entidad oscilan entre el 40.8 y el 66.6 por ciento y las tasas alcanzan hasta 348.8 defunciones por cada cien mil nacidos vivos registrados.
Al presentar los resultados de la investigación «Muerte Materna en Municipios Indígenas de Oaxaca», Paola Sesia Arcozzi Masino, afirmó que la muerte materna refleja la violación a derechos humanos de las mujeres.
Pero también, agregó, muestra la falta de acceso a los servicios médicos y de las inequidades profundas de tipo geográfico, social, económico, étnico y, por supuesto, las relaciones asimétricas, desiguales y discriminatorias de género.
Invitada como conferencista dentro de las actividades que se realizan por el Día Mundial de la Población que realiza la Dirección General de Población, la investigadora refirió que dos terceras partes de las muertes maternas suceden en localidades rurales muy pequeñas y aisladas.
Son comunidades indígenas donde sus habitantes no tienen acceso real a los servicios médicos y atención de profesionales, lo que viola el derecho a la salud que la Constitución Mexicana consagra.
De acuerdo a la investigación desarrollada con la antropóloga Adriana Zentella, se dio seguimiento a 476 muertes de mujeres en edad reproductiva, de las cuales 97 fallecieron por muerte materna entre 1998 y 2002.
Los datos encontrados en el campo se compararon con los registros de las actas de defunción del Registro Civil; con las estadísticas vitales del INEGI y con la Base de Vigilancia Epidemiológica de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) implementada en 1999.
Sesia Arcozzi investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Pacífico, explicó que se estudiaron 21 municipios considerados «focos rojos», la mayoría de ellos indígenas, así como municipios controles (7) y adicionales (5), lo cual da un total de 33.
Los municipios señalados como «focos rojos» pertenecen a las zonas indígenas de la Mixteca, Chinantla, Mixe, Zapoteca de la Sierra Norte, Mazateca y Loxicha en la Sierra Sur.
Dijo que con autopsias verbales, la investigación encontró, en los municipios focos rojos, 66 muertes maternas, mientras en las actas de defunción sólo reportan 29 casos, lo que arroja un sub registro de 56.1 por ciento de muertes maternas.
Con respecto a las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el sub registro es del 66.6 por ciento y, en contraste con los datos de la SSO, no se registraron 40.8 por ciento de los fallecimientos de mujeres por la misma causa.
De los «municipios control», cuya característica principal es que tienen variables diferentes de marginación, el sub registro alcanzó el 42.8 por ciento con relación a las actas de defunción y un 71.4 con relación al INEGI.
Mientras que en cinco «municipios adicionales», el trabajo de campo arrojó 24 muertes, de las cuales sólo 13 se asentaban en las actas de defunción; esto arrojó el no registro del 45.8 por ciento. En comparación con el INEGI el sub registro fue del 46 por ciento.
La antropóloga sostuvo que los resultados ponen en evidencia que el sub registro en muertes maternas no es un problema exclusivo de los municipios marginados, sino que se trata de una problemática generalizada, que se debe visibilizar y corregir: «Si queremos cumplir con las Metas de Desarrollo del Milenio tenemos, en primer lugar, que contar con cifras que den la idea de la magnitud del problema».
LAS TASAS MÁS ALTAS
Por otro lado, informó que en los municipios considerados focos rojos, las tasas de mortalidad materna encontradas «son altas en comparación con las que tenemos en todo el país y las más altas del estatal, con 348.8 decesos por cada cien mil nacidos vivos registrados».
Incluso el INEGI como la base de datos de la SSO reportan datos muy altos, con tasas de 116.3 y 189.8, respectivamente.
Consideró fundamental «enfocar nuestras energías en esos municipios si queremos abatir la muerte materna en Oaxaca», donde las razones de muerte materna son hasta cinco veces más altas debido a las inequidades geográficas, sociales, económicas, étnicas y de género.
Sesia Arcizzi encontró además que el 75 por ciento de esas mujeres murieron en sus hogares, lo que de acuerdo con otra investigación no quiere decir que ellas habrían preferido atender en sus casas para tener a sus hijas e hijos, sino que no tuvieron acceso real a los servicios de salud en todos los sentidos.
Entre esos factores destacó el permiso no concedido del marido o la suegra para que se pudieran trasladar al momento de la complicación, hasta llegar demasiado tarde a los servicios de salud y cuando lo pudieron hacer se enfrentaron a la incapacidad de los servicios de salud, de primer nivel, de poder resolver la emergencia.
07/SJE/GG/CV
