Al hablar en su libro La consciencia inmediata del cuerpo (2001) de su encuentro con distintas escuelas y maestros, la terapeuta gestaltista estadounidense Ruella Frank explica el proceso que la llevó a integrar su trabajo en un enfoque al que denomina «somático y del desarrollo aplicado a la psicoterapia».
En la entrega pasada expusimos cómo su desafío, según ella explica, ha sido integrar los patrones del movimiento del bebé y las más recientes investigaciones sobre el desarrollo humano con la teoría y práctica de la terapia Gestalt.
«En mi esfuerzo por unir esas dos hebras, ha surgido un nuevo enfoque terapéutico: el que hace claramente evidente que los procesos de desarrollo temprano continúan revelándose en el presente», cuenta.
En el último capítulo de este ilustrador texto, Ruella Frank narra el caso de Annie, el cual le permite hacer una serie de señalamiento respecto a lo que en su opinión es fundamental en un trabajo terapéutico de largo tiempo.
Es importante saber, aclara, que desde el enfoque somático y del desarrollo, la terapia no se pone en práctica secuencialmente, es decir, de una etapa a otra de los primeros años de la infancia de la persona.
«El terapeuta no empieza con el primer patrón de bebé para desarrollar y continuar aplicando cada uno de los siguientes patrones al cliente», sino que al mismo tiempo que los patrones somático y del desarrollo aportan una comprensión del desarrollo humano abarcan también la fenomenología del presente.
Así, explica, «el terapeuta empieza siendo consciente de las preocupaciones psicológicas más obvias del cliente y sus correlaciones concomitantes, los patrones del desarrollo, cuando surgen en el contexto en curso de la sesión de psicoterapia».
Para Ruella Frank no es importante que el terapeuta interprete lo que ocurrió en la infancia del cliente para «adecuar» sus comportamientos en un encuadre del desarrollo, al contrario es el cliente quien a partir de su experiencia llega a su propia conclusión.
«Al proporcionar un conocimiento global del desarrollo somático del bebé, el terapeuta crea el experimento más apropiado y el cliente llega a su propia interpretación de la experiencia», enfatiza.
A partir de su convencimiento de que el resultado de la terapia será producto de la relación exitosa entre el terapeuta y el cliente (alianza terapéutica), como lo explica al final del capítulo 6 de La consciencia inmediata del cuerpo (2001), para Frank el trabajo crucial de cualquier terapia es liberar la agresión sana de la persona, entendida ésta como la fuerza vital de la vida.
Si la terapia tiene éxito, concluye, la persona será libre para vivir una vida espontánea y creativa, ya que «con menos inhibiciones en la fisiología primaria» (patrones de movimiento en su manifestación actual), cada vez más zonas de awareness (darse cuenta) podrán ser asimiladas en su background (recursos de la persona), background que le funcionará como el apoyo indispensable para el contacto (en la relación con la o el otro).
*Periodista mexicana, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt, instructora asociada de Tao Curativo (www.taocurativomexico.com).
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