La violencia feminicida es la forma extrema de la violencia de género contra las mujeres. Atenta contra los derechos humanos de las mujeres, en especial su derecho a la vida, a la seguridad y el acceso a la justicia. Limita el desarrollo y la paz en las sociedades a las que representamos, de acuerdo con la feminista Marcela Lagarde.
La violencia feminicida incluye diversas formas de violencia, como son el feminicidio (homicidio doloso o culposo), los accidentes, los suicidios de las mujeres, entendiendo que las condiciones que las condujeron a quitarse la vida fueron situaciones previas de privación humana, violencia o falta de oportunidades.
Se cuentan también las muertes evitables de las mujeres, un gran número de ellas resultado de la desatención, el maltrato o la desvalorización de su vida.
Los homicidios de niñas y mujeres son la culminación de la violación de sus derechos humanos y evidencian la ruptura del Estado de derecho.
Las autoridades, de rangos distintos, desvalorizan a las víctimas, las culpan de la agresión argumentando «que ellas lo provocaron» y no trabajaban en su esclarecimiento de los casos.
Dicha violación a los derechos humanos de las mujeres culmina, en algunos casos, en asesinatos crueles, en crímenes misóginos cometidos por hombres al amparo de la impunidad social y del Estado.
El feminicidio es la más alarmante forma de violencia contra las niñas y las mujeres, y sucede como culminación de una situación caracterizada por la violación reiterada y sistemática de los derechos humanos de las mismas.
La violencia feminicida es resultado de la violencia misógina llevada al extremo. Está ligada a la supremacía masculina y se legitima en la sociedad.
La causa principal de la violencia feminicida es el cuerpo de las mujeres como objeto o posesión, según la psicóloga Olga Bustos Romero, presidenta del Colegio de Académicas Universitarias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los hombres violentos gozan de la complicidad concertada pero ideológica y políticamente activa entre autoridades y delincuentes.
Las mujeres víctimas sufren trato discriminatorio y vejatorio por parte de las instituciones encargadas de procurar justicia lo que constituye violencia institucional y contribuye a la impunidad.
VIOLENCIA DE GÉNERO EN MÉXICO Y EL MUNDO
Una de cada 5 mujeres en el mundo ha sido maltratada física o sexualmente, dice el Banco Mundial (BM).
La violencia es causa de muerte en mujeres, tan grave como el cáncer (BM).
Cada 15 segundos, una mujer es agredida en el planeta (Organización Mundial de la Salud)
En 1 de cada 3 hogares mexicanos ha habido maltrato emocional, intimidación, abuso físico y sexual (INEGI, 2000)
La mitad de las familias en México ha sufrido alguna forma de violencia (Corsi, 1997).
Únicamente el 14 por ciento buscó ayuda para resolver la situación (INEGI, 2000).
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