El Movimiento por la Defensa de la Anticoncepción en Chile exigió respeto a su derecho de contar con anticoncepción moderna y eficaz para regular la fecundidad y poder decidir libremente cuándo tener hijos e hijas, o a no tenerlos, hoy amenazado por la acción de grupos conservadores y fundamentalistas ligados a la alta jerarquía de la Iglesia Católica, que se han arrogado el papel de conductores morales de la sociedad chilena.
Esto, dicen el movimiento a través de un comunicado, coloca en entredicho la vigencia del Estado Laico y obstaculiza las decisiones técnicas y programáticas que el Estado implementa a favor de una ciudadanía diversa.
Por lo tanto, el acceso universal a la anticoncepción en Chile, incluyendo las píldoras hormonales, la anticoncepción de emergencia, los dispositivos intrauterinos, los condones, entre otros, debe ser defendido activamente como un derecho humano expresado en libertad, autonomía y dignidad, señalan.
Las Normas Nacionales de Regulación de la Fertilidad del Ministerio de Salud, aseguran, constituyen un gran avance para responder a las desigualdades e inequidades en el goce del derecho a la salud que por tantos años han afectado a las capas más pobres de la población, en especial a las adolescentes, frecuentemente discriminadas de la atención de salud sexual y reproductiva.
Sin embargo, dichas Normas enfrentan un recurso de inconstitucionalidad en el Tribunal Constitucional presentado por un grupo de parlamentarios que se autocalifican «por la vida».
Las Normas, argumenta el Movimiento, «aborda problemáticas como el embarazo adolescente, las maternidades precoces, los embarazos no planificados, la prevención de abortos inseguro, las infecciones de transmisión sexual incluyendo el VIH/SIDA, entre otras cosas. Y desde una perspectiva técnica, ética y plural, ofrece respuestas coherentes que permitirán avanzar en su solución».
En consecuencia, consideran inadmisible que los sectores conservadores ya mencionados pretendan erigirse en dueños de la verdad y de una moral única para todas las chilenas y chilenos, y decidir cuándo una persona puede usar un anticonceptivo, cuál de ellos, o cuándo tener hijos. Nadie les ha otorgado esa autoridad, que solo corresponde a cada persona en su calidad de sujeta de derechos, advierte el Movimiento por la Defensa de la Anticoncepción.
08/GG