De los más de 300 feminicidios registrados en Argentina entre 1990 y 2008, solo 66 de ellos llegaron a una condena. Las sentencias llevaron entre nueve meses y trece años para que se dictaran: siete fueron condenas a reclusión perpetua (que excluye el indulto o libertad hasta pasados 30 años), cuatro a prisión perpetua y el resto de las penas van entre los trece y veintiséis años de prisión.
Carolina Aló, Elena Arreche, Adriana y Cecilia Barreda, Ana María Ávila, Gisella Duthil, Paula González y Verónica Villar son algunos de estos casos.
Los feminicidios ganan espacio mediático cuando son cometidos o descubiertos, pero la atención y el interés periodístico decrecen ante la falta de nuevos aspectos que motiven una nota, una declaración.
Sin embargo esos tiempos no coinciden con el que transcurre entre el momento del feminicidio y su esclarecimiento. Tiempo que para familiares y allegados a la víctima no se miden sólo en horas, días, meses, años; sino en vivencias, obstáculos, reclamos, silencios.
¿Cuántas historias podrían escribirse a partir de los testimonios que remarcan una y otra vez en ese recorrido: »no me tomaron la denuncia», »se perdieron las pruebas», »no lo citaron a declarar y fue la última persona que la vio viva»?
En ese camino entran en contacto con diversas instituciones, son entrevistadas por agentes policiales, policías, jueces o expertos forenses. Cada uno de esos lugares públicos o privados responderá, generalmente, en forma aislada, sin posibilidad de articulación entre sí. Muchas veces las soluciones que sugieren son contrapuestas y así la persona rebotará de un organismo a otro.
FEMINICIDIO EN MÉXICO
El Instituto Interamericano de Derechos Humanos y el Fondo de Población de Naciones Unidas acaban de producir el documento »Feminicidio: más allá de la violación del derecho a la vida. Análisis de los derechos violados y las responsabilidades estatales en los casos de feminicidio de Ciudad Juárez».
En él señalan cuáles son las situaciones más frecuentes a las que están expuestas las personas que reclaman por la desaparición y asesinato de cuatrocientas mujeres y niñas en Ciudad Juárez y Chihuahua, México, desde 1993.
Dilación o negligencia en la realización de actuaciones periciales, en los resultados de los estudios de ADN, restricción para la recepción de denuncias, retrasos en el inicio de las investigaciones policiales, manejo inadecuado de los cuerpos o los restos de las víctimas, negación del derecho a la información son algunas de las observaciones que indica el documento.
En una de sus páginas puede leerse el testimonio de una mujer que buscaba a su hija: »Cada vez que acudí a pedir información sobre la búsqueda de mi hija, no me la daban y me mandaban a comprar el periódico para enterarme de las noticias».
SANDRA AYALA, UN CASO ARGENTINO
Sandra había llegado desde Perú a La Plata en agosto de 2006, desapareció de la pensión donde vivía con su novio y sus suegros el 16 de febrero de 2007.
Si bien se tuvo certeza de su desaparición ese mismo día y se intentó hacer la denuncia, la búsqueda comenzó días después; su cuerpo fue hallado en un edificio perteneciente al Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires en pleno centro de la capital bonaerense el 22 de febrero de 2007.
Un año y tres meses lleva Nélida Gamboa Guillén recorriendo despachos judiciales, oficinas policiales, organismos públicos en busca de algún dato que le permita ir armando el rompecabezas que la llevará a la verdad.
El fiscal Tomás Morán, de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 2, lleva adelante la investigación y los firmes pedidos de Justicia de Nelly motivaron la designación de dos instructoras para avanzar en la investigación, por parte de la Procuración General de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires.
El caso logra visibilidad cada día 22 cuando organizaciones de mujeres, sociales y de derechos humanos se suman a personas que en forma independiente reclaman justicia frente al Ministerio de Economía.
Por otra parte, y es aquí donde aparece la particularidad del caso, varias áreas gubernamentales a las que Nélida había recurrido comienza a articular acciones, con la participación y monitoreo de las organizaciones de mujeres.
Nélida y sus representantes legales, los doctores Eduardo Montaner y Abraham Pumarica, participan de una mesa de articulación conformada por la secretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, el Centro de Protección de los Derechos de la Víctima, el Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria y el Ministerio de Desarrollo Social.
A partir de esta línea se van sumando agentes de distinto rango y áreas que atienden el reclamo preciso de un trámite, un documento, una llamada.
Periódicamente se piensan estrategias, se discuten los pasos a dar y los que son dados y la mirada se encuadra en un marco que incluye la violencia contra las mujeres como un problema de derechos humanos.
También es cierto que esa línea puede sostenerse con la participación de muchas personas que acompañan económica y afectivamente a Nélida, que permanece en el país sin lugar fijo donde vivir y sin ingreso económico estable alguno.
En el balance de los aspectos positivos y negativos de la modalidad que fue adquiriendo el caso debe precisarse que nada hubiera sido posible sin la perseverancia de Nélida y la clara convicción de muchas personas de que el asesinato de Sandra requiere justicia. En otras palabras personas concientes de que la mejor manera de poner fin a la violencia contra las mujeres es terminar con la impunidad.
Por tratarse de un problema en el que se implica la salud, la ley, el aparato de justicia, la sociedad, e instituciones de diversa índole, públicas y privadas, la respuesta debe darse de manera concertada, multisectorial y multidisciplinaria.
Para que el derrotero de Nélida no se repita desde el Estado, deberán diseñarse y ejecutarse políticas públicas integrales que tomen no solo la prevención, sino el acompañamiento de las víctimas y la agilización de las acciones judiciales que derivan de las situaciones de violencia contra las mujeres, los feminicidios en particular. Si hay esclarecimiento y condena rápida a los culpables los feminicidios no serán más noticia.
REGISTRO DE LA VIOLENCIA
Dos de las víctimas registradas durante el mes de abril tenían 3 y 13 años. La más pequeña fue asesinada por su padre, quien además ejercía violencia contra su madre; en el otro caso ambas, madre e hija, fueron asesinadas. Los datos son propios, recopilados de los principales diarios nacionales y de las agencias de noticias TELAM, DYN y NA.
ARGENTINA, FEMINICIDIO EN ABRIL DE 2008
1º de abril.- Mónica Beatriz Negrete, 44 años, Córdoba. Fue asesinada por su concubino, en la ciudad cordobesa de San Francisco. El homicida, de apellido Maidana, gozaba de una salida transitoria cuando asesinó a Mónica; cumplía una condena por homicidio calificado en el penal de Las Flores.
Maidana se suicidó, su cuerpo fue hallado en una zona rural de la provincia de Santa Fe, a unos 40 kilómetros de San Francisco. A cargo de la investigación del hecho está el fiscal Oscar Greco.
9 de abril.- Norma Duarte, 42 años, y su hija Daiana de 13. Provincia de Buenos Aires. El cuerpo de Norma y el de su hija Daiana de 13 años fueron encontrados enterrados en el fondo de la casa donde vivían, en Claypole.
Por el hecho fue detenido el concubino de Norma, también fue detenido su hijo que había denunciado la desaparición de ambas mujeres. Ambos asesinatos son investigados por el fiscal Diego Benedetto, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 11 del Departamento Judicial Lomas de Zamora.
Sin fecha.- Rosa Elvira Fridlmeier, 44 años, Ciudad de Buenos Aires. Sparadi Roberto Enrique, de 43 años, vicecomodoro de la Fuerza Aérea, asesinó a balazos a Rosa, también oficial aeronáutica, en un departamento ubicado en el barrio porteño de Retiro.
El cable de la agencia TELAM indica: »un jefe policial aseguró que se trató de un claro crimen pasional, el vicecomodoro discutió con la mujer y la mató a balazos». Sparadi fue indagado por la jueza de instrucción Guillermina Martínez, quien lo imputó de homicidio calificado por el vínculo.
28 de abril.- Gladys Centurión, 41 años, Formosa. Leandro Salinas, de 44 años, de nacionalidad brasileña, mató a su esposa de varias puñaladas e hirió a su hija y su hijo, que intentaron socorrer a la mujer.
El hecho ocurrió en el barrio San Juan de la ciudad de Formosa. Los menores de edad, una mujer de 15 años y un varón de 17, están internados con heridas de arma blanca, fuera de peligro en el Hospital Central de la capital norteña.
21 abril.- Verónica Islas, 19 años, Provincia de Buenos Aires. Permaneció desaparecida durante dos días y su cuerpo fue encontrado en una zona de casas quintas, en Luján.
El inspector de la jefatura distrital de Luján, Hugo Santillán declaró que el principal sospechoso del homicidio es »un joven indigente de 19 años y que tiene antecedentes penales». Por otra parte se indicó que la fiscalía Nº 14 de Luján a cargo de Oscar Reggi ordenaría su detención.
13 abril.- Eva Tapia, 17 años, Neuquén. Luego de dos días de búsqueda fue encontrado su cuerpo en un canal de riego en la localidad de Centenario, Neuquén. En el mismo lugar se encontraron los cuerpos de su hija e hijo: Candela de 2 años y Héctor de 4 meses.
Sergio Rodríguez, de 25años, quien había denunciado la desaparición de las tres víctimas fue detenido por la policía. Interviene en la investigación la fiscal de Graves Atentados contra las Personas, Sandra González Tabeada
21 abril.- Marta Peralta, 43 años, Santiago del Estero. Víctor Marcelo Gómez, de 48 años mató a su esposa y luego se suicidó en Quimilí, Santiago del Estero.
Las informaciones periodísticas señalan que el hombre »habría arribado de manera sorpresiva a su domicilio, y presuntamente encontró a su esposa, con un amante». El esposo luego habría utilizado la misma arma para suicidarse, con un disparo a la altura del corazón. La causa se instruye en la comisaría 29 de Quimilí y tomó intervención el juez de turno Juan Antonio Jorge
17 de abril. – NN, 3 años, Provincia Buenos Aires. Asesinada por su padre en la ciudad bonaerense de Guernica. El hombre de 20 años fue detenido, acusado de abuso sexual agravado por el vínculo seguido de muerte.
La policía comprobó además que la madre era víctima de violencia, la agencia noticiosa indica que »era golpeada por el imputado».
28 de abril.- NN, 62 años, Ciudad de Buenos Aires. Luego de acuchillar a su esposa, un hombre de 64 años se entregó a la policía en el barrio porteño de Caballito.
Las crónicas indican que el asesino intentó arrojarse al vacío desde el balcón del departamento donde cometió el asesinato.
08/GB/GG