Más de cien personas de nacionalidad guatemalteca, en su mayoría niñas niños, así como mujeres, algunas de ellas embarazadas y hombres, se encuentran refugiados en Nuevo Progreso, Tenosique Tabasco «en estado de total vulnerabilidad», según informó el Comité de Derechos Humanos de Tabasco, luego de la brutal represión que sufrieron en la comunidad Nueva Esperanza, el pasado 23 de mayo de parte del Ejército de ese país.
Codehutab informó lo anterior, a través de un comunicado que hizo llegar a esta reportera, luego de una visita que integrantes de este organismo civil hizo al poblado mexicano Nuevo Progreso el pasado martes a petición del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
El informe dice que era mayor el número de personas que huyendo de Nueva Esperanza, Guatemala, llegó a territorio tabasqueño, pero que unas se encuentran escondidas, por temor a los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).
Según narraron testigos, dice Codehutab, cuando el INM tuvo noticia de la presencia de estos migrantes, agentes del mismo se presentaron en Nuevo Progreso con dos camionetas y les prometieron llevarlos al Ceibo –otro punto limítrofe entre Guatemala y Tabasco- y accedieron 105, pero los trasladaron a Tapachula, Chiapas.
La comunidad Nueva Esperanza se encuentra ubicada en el Departamento de Libertad, Petén, en la frontera con México, específicamente con Tabasco y la conforman cerca de 100 familias.
«Esta comunidad fue salvajemente tratada por el Ejército guatemalteco, quemó sus casas y destruyó sus pertenencias, el pasado 23 de mayo», según narraron a Codehutab algunos de los agraviados.
Los soldados llegaron a las 6:00 horas, armados y con material para incendiar las casas, hechas de madera con techo, algunas de guano y otras de láminas. No dieron oportunidad a las familias de organizarse y salir, dice.
«Vivieron un infierno, entre gritos, hombres golpeados, animales de traspatio sacrificados y casas quemadas con todas sus pertenencias, por lo que las familias corrieron por la montaña, para ocultarse de sus agresores, con todas las dificultades que implica llevar a los niños de brazos, a las mujeres embarazadas y a todos los pequeños».
Hubo heridos por proyectiles, incluso un anciano de 80 años, a quien le fue arrancado uno de sus dedos y que junto con otros habitantes de esa comunidad, fueron conducidos a la cárcel y posteriormente liberados mediante el pago de una multa, afirmaron a Codehutab.
La mañana del miércoles reciente, después de unas horas de caminar llegaron a la comunidad mexicana de Nuevo Progreso, que se encuentra a unos 500 metros de lo que fue su comunidad, ahí encontraron a soldados mexicanos, quienes primero hicieron una valla para evitar que ingresaran a territorio mexicano, pero poco después los dejaron ingresar al poblado tabasqueño.
Según relataron los agraviados, hace once meses –el 23 de junio- elementos del ejército guatemalteco había llegado a Nueva Esperanza, pero que en esa ocasión solo los corrieron y dejaron que llevaran sus pertenencias.
Ellos afirman que llegaron a esas tierras desde hace diez años pero que actualmente se encuentra bajo el resguardo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) y no cuentan con el apoyo de familiares que los puedan recibir.
Codehutab informa que durante la visita de sus integrantes al lugar donde se encuentran refugiados las y los guatemaltecos, acompañados de un grupo de la iglesia presbiteriana de Tenosique, por lo que cerca de cien personas, en su mayoría niñas y niños, lo cual facilitó que se diera a conocer la situación ante la Acnur, organismo que está por visitarlos.
La situación actual de quienes se nos acercaron, así como de aquellos que siguieron escondidos por temor a seguir siendo golpeados o deportados -unas 200 personas- «es de total vulnerabilidad»: no cuentan con alimentos, ni ropa y algunos están viviendo entre los árboles, mientras la tormenta Arthur está de paso por estas tierras, menciona el organismo civil.
La iglesia presbiteriana de Tenosique los ha apoyado con víveres, ropa y atención médica, «pero, por sin fuera poco, a los pobladores mexicanos se les ha amedrentado de incurrir en delito si brindan apoyo humanitario a los guatemaltecos», denuncia Codehutab.
Creemos que esta comunidad, víctima de la violencia militar no se puede quedar en el actual estado de vulnerabilidad, ni dejar sin castigo a los responsables y que, hasta cierto punto son refugiados políticos, por lo que si el INM los deporta, quedarán a merced de la violencia del Estado guatemalteco».
Por lo anterior, el Comité de Derechos Humanos de Tabasco, además de exigir justicia para estas familias, pide que, a través de la Acnur y el INM, el gobierno mexicano otorgue refugio temporal a estas personas, en lo que el gobierno guatemalteco atiende a sus demandas de manera pacífica.
08/CV/GG