Inicio Niñas y niños, mano de obra barata para producir castaña

Niñas y niños, mano de obra barata para producir castaña

Por Helen Álvarez Virreira

El negocio de la castaña florece con la mano de obra barata de más de 6 mil niñas, niños y adolescentes que trabajan junto a sus familias en el norte amazónico de Bolivia. De ese total, más de 5 mil no ha sobrepasado los 14 años.

Un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), realizado por la investigadora Silvia Escóbar, puso en evidencia lo que ya se sabía por denuncias aisladas: que más de 3 mil niñas y niños trabajan ilegalmente y en condiciones de precariedad en la recolección y procesamiento de la castaña.

A ellos se suman 3 mil 500 adolescentes que sufren similares condiciones, aunque por ley cuentan con derechos laborales.

La mayoría presenta altos índices de rezago escolar y, debido a este trabajo, otros enferman de malaria o parasitosis; pero el peor mal que padecen es constituirse en mano de obra barata para el mercado laboral en el norte amazónico de Bolivia.

Según el CEDLA, los empresarios castañeros saben que al contratar a una persona adulta para el trabajo de recolección y procesamiento de castaña están contratando indirectamente a niñas, niños y adolescentes que integran la familia. Y saben muy bien que mientras incorporen trabajo infantil, habrá un importante ahorro de costos laborales para las empresas. Este trabajo no es remunerado directamente, ya que el pago se efectúa por producto, a una sola persona.

De acuerdo con el trabajo de Escóbar, de aproximadamente 25 mil castañeros que desarrollan sus actividades en el norte amazónico boliviano, más de 5 mil no han sobrepasado los 14 años de edad, lo que equivale, aproximadamente, a 25 por ciento de mano de obra infantil y adolescente.

La investigación del CEDLA se desarrolló en los municipios Gonzalo Moreno, San Lorenzo y Puerto Rico, del departamento de Pando, además del municipio Riberalta en el Beni. La producción de castaña en Bolivia se concentra en ambos departamentos.

INGRESOS FAMILIARES

Escóbar observó que las fases de la actividad castañera que demandan la participación de niñas, niños y adolescentes son la recolección o zafra y el procesamiento o beneficiado.

En la primera, se ha identificado que de 17 mil zafreros, 4 mil 672 son niñas, niños y adolescentes; mientras que en la fase de beneficiado las personas menores de 14 años suman mil 812 de un total de 7 mil 350 trabajadores fabriles, todos ellos dedicados al quebrado y selección de la castaña.

Gran parte de la producción de la castaña se destina al mercado externo, «en 2006 se han exportado 19 mil 700 toneladas métricas del producto con un valor aproximado de 70 millones de dólares», indica la investigación. Es decir, que el kilo de castaña exportada tiene un valor de 3.55 dólares. Con estos valores de venta y el precio que se paga por la fuerza de trabajo, se obtienen elevados niveles de ganancia, en una cadena en la que las y los trabajadores continúan siendo los más pobres de la región y del país.

Según Escóbar, cada familia genera tres cajas diarias de castañas recolectadas y una con cinco integrantes, logra quebrar 20 kilos por día. Estas entregas representan un ingreso diario familiar de 15.80 dólares.

MANO DE OBRA DÓCIL

Para la especialista del CEDLA, si bien la pobreza coadyuva a la persistencia del trabajo infantil en la zafra y beneficio de la castaña, la cultura impuesta por el capital es la principal responsable: «Los empresarios demandan mano de obra barata, dócil, que no se organice para mejorar sus condiciones de trabajo y que les permita generar ganancias elevadas, a través del pago de bajos salarios y sin beneficios otorgados por la ley», indica el estudio.

Esta fuerza de trabajo, conformada por niñas, niños y adolescentes, es introducida en el mercado laboral con la finalidad de incrementar los magros ingresos que obtienen los trabajadores adultos. No existe fiscalización del cumplimiento de las normas vigentes por parte del Estado con relación al trabajo infantil y adolescente, ni instituciones que velen adecuadamente por el ejercicio integral de sus derechos.

Los derechos a acceder a servicios adecuados de salud, educación, recreación y a una vida digna para muchos se han quedado en el papel. En el caso de los derechos laborales de los adolescentes, el panorama es peor, porque ni siquiera figuran como trabajadores directos en las empresas. Cumplen con todas las obligaciones de un adulto, incluso en el hogar. Trabajan en el bosque, en la fábrica y en la casa.

INTERVENCIÓN ESTATAL

El Ministerio de Trabajo encargó la investigación al CEDLA para tener una idea cabal de la dimensión de la problemática del trabajo infantil en la producción de castaña.

Una de las primeras acciones que pretende realizar, a partir de los resultados, es reconformar la Subcomisión de la zafra de castaña, dependiente de la Comisión de Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil (CEPTI), con participación de los ministerios de Salud y Educación, Defensorías de la Niñez, Defensor del Pueblo, organizaciones de derechos humanos y otras, pues se requiere una intervención integral y concentrar todos los esfuerzos en un mismo objetivo.

La comisionada de la CEPTI, Eva Udaeta, prevé que para fines de junio se concluirá con esta tarea. Entretanto, ya designaron un inspector que, además de realizar una fiscalización en las zonas castañeras, iniciará una campaña de sensibilización para mostrar las consecuencias del trabajo infantil y de difusión de la normativa laboral para adolescentes.

También se ha iniciado la organización de mesas tripartitas entre trabajadores, propietarios y el Ministerio de Trabajo, para plantear soluciones a esta problemática que pasa también por la equidad salarial de las personas adultas y de una mejora integral de sus condiciones de vida. «De ahí su complejidad», dice la Comisionada.

Un tema que preocupa especialmente a Udaeta es la educación de niñas, niños y adolescentes, ya que el trabajo infantil tiende a ocupar todo su tiempo y, a futuro, implica la reproducción del círculo de pobreza. Ella considera que el bono Juancito Pinto, un pago anual de unos 27 dólares a estudiantes de primaria de las escuelas públicas, está contribuyendo a la matrícula escolar. Sin embargo, eso no garantiza un aprovechamiento óptimo.

Además, hay otras situaciones que deben verse de manera simultánea, como el embarazo y la paternidad precoces que se da entre adolescentes involucrados tanto en la producción de castaña como en otras actividades propias de personas adultas.

Como comisionada, a Eva Udaeta también le interesa hacer visible una situación derivada de la actividad agrícola temporal, y es que los niñas, niños y adolescentes que no participan directamente de la zafra se quedan como responsables del hogar, sin importar la edad.

Ella verificó que hay pequeños jefes y jefas de familia de siete u ocho años. En el caso de las mujeres, generalmente se quedan a cargo de todas las actividades domésticas y el cuidado de las y los hermanos menores.

08/HAV/CV

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más