Las acciones positivas desarrollan el principio de igualdad y la igualdad está en su fundamento. Así, la acción positiva consiste en establecer medidas temporales que corrijan las situaciones desequilibradas, consecuencia de prácticas o sistemas sociales discriminatorios. Es decir, que «todo mundo parta de la misma línea de salida, luego, cada cual que llegue hasta donde le permitan sus posibilidades», señala la periodista e investigadora Nuria Várela.
En su libro «Feminismo para principiantes», Várela dice que el objetivo principal de estas acciones es el de eliminar barreras y facilitar la participación de las mujeres, siendo éstas aplicables en cualquier ámbito de la vida, pero su campo de actuación se ha centrado de manera particular en tres grandes áreas: la participación política, laboral y educativa.
Las acciones positivas nacieron en los años sesenta, en los Estados Unidos de Norteamérica, en el marco de la lucha por los derechos civiles, que tuvieron como punto de partida el trato discriminatorio y dispar que históricamente han recibido en este país, entre otros, la comunidad negra y las mujeres.
En Europa y América Latina, el término quedo fijado para combatir la discriminación contra las mujeres, según la definición del Comité para la igualdad entre hombres y mujeres, del Consejo de Europa.
El Comité define este concepto como las estrategias destinadas a establecer la igualdad de oportunidades por medio de medidas que permitan contrastar o corregir aquellas discriminaciones que son el resultado de prácticas o sistemas sociales, indica Várela.
Respecto al tema, el Instituto de Estudios Jurídico Sociales de la Mujer de Argentina señala que el concepto de acción positiva, como estrategia para corregir y superar la discriminación de las mujeres, reconoce tres aspectos: el reconocimiento de la existencia de esta discriminación, la voluntad de superarla y la promoción efectiva de la igualdad.
Por eso considera que la legislación que solamente prohíbe la discriminación no es suficiente para asegurar a las mujeres una presencia y participación efectiva en el ámbito político y económico. «La acción positiva va más allá, desarrollando medidas concretas que proporcionan a las mujeres posibilidades concretas de participación».
Se trata de medidas que superen los obstáculos que impiden llegar a la igualdad entre mujeres y hombres, reconocida por las leyes y las constituciones de la mayoría de los países.
En el ámbito de la política, la filosofía de estas acciones abrieron paso a lo sistemas de cuotas, mecanismos que en el marco de las acciones positivas ha demostrado ser efectivo para asegurar la presencia de las mujeres en los órganos de decisión de los partidos políticos y en las listas para cargos electivos.
Durante la X Conferencia Regional Sobre la Mujer, realizada en Quito, Ecuador, el año pasado, los Estados se comprometieron a adoptar todas las medidas de acción positiva y todos los mecanismos necesarios, incluidas las reformas legislativas necesarias y las asignaciones presupuestarias, para garantizar la plena participación de las mujeres en cargos públicos y de representación política.
El fin es alcanzar la paridad en la institucionalidad estatal (poderes ejecutivo, legislativo, judicial y regímenes especiales y autónomos) y en los ámbitos nacional y local como objetivo de las democracias latinoamericanas y caribeñas.
Además se acordó desarrollar políticas electorales de carácter permanente que conduzcan a los partidos políticos a incorporar agendas de las mujeres en su diversidad, el enfoque de género en sus contenidos, acciones y estatutos y la participación igualitaria, el empoderamiento y el liderazgo de las mujeres, con el fin de consolidar la paridad de género como política de Estado.
Pese a ello en México, a decir de la diputada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Claudia Cruz Santiago, las mujeres han realizando una serie de medidas de acción positiva encaminadas a colocarse en los lugares estratégicos de toma de decisiones en el ámbito público que la clase política mexicana no ha podido asumir, por lo que sólo realizan cambios, más por simulación que por lograr transformar las condiciones de las mujeres (Cimacnoticias, 31 de julio de 2007).
Mencionó que a pesar de los compromisos asumidos por el Estado Mexicano ante la comunidad internacional, en la práctica son muy pocos los espacios de toma de decisiones, en la administración pública, ámbito de justicia y de representación popular ocupados por mujeres.
08/GT/GG