En México hay un incremento de los casos de sífilis congénita en mujeres embarazadas, incluso está superando la transmisión de VIH perinatal.
La sífilis congénita en embarazadas está presente en el 80 por ciento de los casos de mujeres embarazadas a quienes se les detectó VIH. En el 40 por ciento de estos casos, ocurre la muerte fetal antes de las 30 semanas de gestación, por lo que urge fortalecer el diagnóstico de sífilis y VIH en el control prenatal, señaló Patricia Uribe Zúñiga, directora del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud (CNEGySR).
Durante su participación en el Seminario Hacia el control efectivo de la sífilis congénita en México, organizado por el Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI), del Instituto Nacional de Salud Pública, Uribe Zúñiga enfatizó que la transmisión materno fetal del treponema pallidum (sífilis) «es muy alta».
Destacó que, de no ser tratada oportunamente, ocasiona muerte perinatal, por lo que es necesario iniciar los tratamientos en mujeres embarazadas un mes antes del parto para tener un impacto importante, dijo la funcionaria.
La directora del CNEGySR enumeró una serie de propuestas para hacerle frente a este problema que está superando, dijo, la transmisión perinatal de VIH. Entre éstas señaló la necesidad de fortalecer el diagnóstico de VIH y sífilis en el control prenatal, visibilizarlo, incorporarlo en la Norma Oficial sobre Embarazo y en la NOM 034 que se refiere a los defectos del nacimiento ya que no incluye la sífilis congénita y éste es un defecto.
Patricia Uribe señaló que es necesario ampliar el acceso a los servicios sanitarios materno-infantiles y mejorar la calidad de éstos, someter a pruebas de detección de sífilis y tratar a mujeres embarazadas y sus parejas y establecer sistemas de vigilancia.
SE DESCONOCEN CIFRAS
La funcionaria de la SS reconoció que el problema del subregistro de la enfermedad en México es preocupante, ya que casi nunca se hace la prueba de detección de sífilis a las mujeres cuando hay un aborto o muerte fetal para documentar si fue un caso de sífilis congénita o no.
En cuanto a la seroprevalencia en mujeres embarazadas, las cifras se desconocen a nivel nacional porque el sistema de información en salud únicamente registra la parte de la Secretaría de Salud y la cantidad de mujeres a quienes se les realizó la prueba de sífilis, pero no da el resultado, lo que dificulta conocer exactamente cuántas mujeres embarazadas están infectadas.
Patricia Uribe criticó que pese a que lleva dos años planteándose en la NOM sobre embarazo que se debe hacer la prueba de detección de sífilis, actualmente únicamente al 53 por ciento de las embarazadas se les ha hecho una prueba de detección.
Y de éstas, quienes obtuvieron un resultado positivo no reciben los resultados de forma oportuna, o las mujeres no reciben el tratamiento adecuado o permanecen infectadas al momento del parto, por lo que insistió Uribe en la necesidad de fortalecer la prueba en el lugar de la consulta y capacitar al personal de salud.
La prevalencia (que indica la cantidad de personas que padecen una enfermedad en un tiempo determinado) de sífilis congénita que ha reportado el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA (Censida) es del .09 por ciento en mujeres embarazadas.
De acuerdo a Uribe, si se parte de esta cifra y se tienen aproximadamente mil 800 mujeres embarazadas infectadas al año, las cifras que se están reportando son mucho menores a esto, por lo que no se está impactando como debería, como tampoco se ha hecho en VIH, sostuvo la funcionaria.
LAS PRUEBAS RÁPIDAS
Uribe señaló que en 2007 se distribuyeron 869 mil 500 pruebas rápidas de detección de VIH, «suficientes» para que todas las mujeres tuvieran acceso a ellas. Sin embargo, a final de ese año únicamente se habían aplicado el 11 por ciento de éstas.
La responsable del CNEGySR consideró que si verdaderamente se quiere impactar en la sífilis congénita y VIH perinatal, se tienen que articular esfuerzos en el sistema de salud y mejorarlos, ya que actualmente las personas que tienen una infección de transmisión sexual (ITS) no acuden a ellos y se automedican.
Entre los retos, dijo, está terminar con las prácticas sexuales sin protección, con el alto subregistro de ITS, capacitar al personal de salud en manejo de sexualidad y mejorar los servicios para la atención de ITS.
08/LGL/GG/CV