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Guatemala: maltrato y abuso obliga a niñas a echarse para la calle

Por Redaccion

Rosa tiene 25 años, Jennifer 24 y ambas vivieron parte de su infancia en la calle, como miles de niñas y niños en la ciudad de Guatemala. Ellas pertenecen al escaso número de menores de edad, sobre todo mujeres, que logran salir de ese mundo, donde son comunes las drogas y las conductas delictivas.

Esta es la segunda parte de la entrevista que Marcelo Colussi, corresponsal de Argenpress en Guatemala, les hizo. Le contaron cómo es, desde su actual vida como vendedoras ambulantes, ese submundo y cómo puede la sociedad solucionar el problema.

Argenpress: Ustedes que conocen esto de la vida de la calle, dado que lo han pasado, ¿cómo ven el problema ahora? ¿Ven que hay más niños, y también adultos, viviendo en las calles de Guatemala? ¿Qué hay que hacer para enfrentar el problema?

Rosa: Yo veo en este momento más jóvenes en la calle. Hay niñas y niños, por supuesto, pero cada vez se ven más jóvenes. Son muchachos que han pasado por muchas instituciones de ayuda, hogares, lugares donde entran y salen, donde van a cambiarse de ropa y a comer, pero que no le solucionan nada al final. En las propias casas es donde tienen los problemas: mucha violencia con sus familias, puros golpes. Eso hace que agarren para la calle.

La solución yo creo que es a través de una terapia psicológica que reciban. Necesitan una ayuda para que puedan estudiar y reintegrarse. Con esas internaciones en instituciones la verdad es que no se arregla nada. Allí entran, están unos días y nuevamente se van para la calle. En esos hogares es muy difícil cambiar. Yo estuve ahí, y no cambié.

Para cambiar fue una decisión personal. Yo me miraba toda sucia, hecha desgracia, y un día dije: hasta aquí, y tomé la decisión de cambiar. Es cuestión de voluntad, pero eso sólo no alcanza. Hay que tener un tratamiento psicológico que lo ayude a uno. Uno no está en la calle porque quiere sino que hay otras causas: maltrato infantil o violencia. Por eso, para salir de ese mundo, tiene que ser por su propia decisión más un apoyo psicológico que lo ayude.

Jennifer: Es cierto, los hogares no ayudan a recuperarse. Allí llegan muchachas y muchachos que todavía consumen droga, y eso hace que los que están adentro en recuperación terminen saliéndose. La tentación de la droga cuando uno está ahí adentro es muy grande, y al final uno se sale para volver a drogarse.

Rosa: Esas instituciones tratan de apoyar, sin dudas. Hoy día, por ejemplo, la Asociación Casa Alianza me ayuda, a mí y a mi hijo, con terapia psicológica, con los programas de reinserción. Pero hay otras instituciones que son horribles, porque ahí le pegan a los que se internan. Esos lugares, en vez de lograr que uno cambie, hacen que quiera volver a la calle. En general casi todas las instituciones lo tratan mal a uno y no hacen que se cambie.

Y lo mismo es con la cárcel para menores: esos lugares no sirven. Uno entra ahí, pero de nada lo ayudan, porque lo único que uno quiere hacer ahí es salirse. Son lugares feos. Uno entra ahí y se encuentra con gente más brava que uno, le pegan, lo golpean. Ahí lo maltratan física y psicológicamente a uno, y con todo eso, en vez de cambiar, vuelve a lo mismo. Vuelve a la calle, a las drogas, vuelve a robar.

Uno necesita gente que lo atienda, le dé tratamiento y apoyo, que sean como padres, que orienten, que le digan qué se puede hacer y qué no se puede hacer. Una, de madre, es agresiva con sus hijos, porque ha vivido siempre en la calle y cree que la única manera de tratar a la gente es con violencia. Pero no es así.

A mí me pasa eso: yo, a veces, soy agresiva con mi hijo; pero me doy cuenta, gracias a la terapia que estoy llevando ahora, que eso está mal, que así no se debe tratar a un niño.

Argenpress: ¿Qué piensan ustedes: por qué una niña o niño se va a vivir a la calle? ¿Y qué habría que hacer para evitar que pase eso?

Jennifer: Para evitar que alguien se vaya a vivir a la calle no hay que tratarlo mal en la familia. Cuando los padres o quien cría a un niño lo trata mal, lo golpea, lo trata con mucha agresividad, lo único que hace es casi obligarlo a que agarre la calle. Eso fue lo que me pasó a mí: tanto me golpeaban que preferí salirme y ya no volver a la casa.

Rosa: Yo pienso que un niño no se sale a la calle sólo porque quiera sino porque está maltratado en la casa. Porque hay abuso sexual. Hay muchos motivos que lo trauman a un niño, por la violencia, y eso hace que un niño prefiera salirse de su casa. Yo también me salí de mi casa por abuso sexual. Todo eso trauma psicológicamente. Por eso hay que tratar a los niños sin violencia, para que no se traumen y no se salgan de la casa hacia la calle.

Una niña, un niño golpeado va a estudiar y conoce a otra gente que le dice que eso está mal; entonces termina prefiriendo dejar ese hogar, porque ve que en otros lugares no pasa eso, y se sale para la calle. Ahí, al final, la pasan mejor, porque no lo maltratan tanto como en la casa. O, por lo menos, es distinto. La vida en la calle no es linda, pero por lo menos así se escapa de una situación de tanta violencia donde le pegan y lo violan a uno. Por ese motivo hay niñas y niños que se van a la calle.

Por supuesto que en la calle no se resuelve nada, porque también hay mucha violencia y se corren muchos riesgos, tanto mujeres como hombres. El tema del SIDA, por ejemplo. Eso está por todos lados hoy día, y en la calle es muy común. Y además del SIDA está lleno de otras enfermedades que uno se puede agarrar.

Para las mujeres es peor, porque además de todas esas enfermedades está el problema que salen embarazadas en la calle, y ni saben de quién es el hijo. Además, estar con SIDA en la calle es terrible, porque no hay nadie que le eche una mano.

Lamentablemente, hoy hay mucha gente de la calle infectada con VIH. Hay muchas muchachas que se han volcado a la prostitución para conseguir su dinero para las drogas, pero ahí se pueden agarrar cualquier enfermedad, y por supuesto el SIDA.

Argenpress: ¿Piensan que las autoridades están tomando en serio el problema de niños y población de la calle? ¿Se están dando respuestas correctas para el problema?
Rosa: Me parece que el Gobierno no está haciendo nada. Ahora ni nos dejan subir a los buses a vender, por tanto problema que ha habido con ladrones. Y a nosotros, los de la calle, nos cae sin haber tenido que ver directamente, porque no somos nosotros los ladrones. Hay otra gente, quizá con casa y hasta con carro, la que está asaltando, pero no los niños de la calle. Por eso es que no nos permiten subir a los buses ahora. Y eso no nos conviene, porque nos toca salir a vender sólo caminando.

Y peor todavía si una anda cargando a sus niños, como es el caso de nosotras dos. Yo estuve dos años vendiendo por ahí con mi hijo a cuestas. Por todo eso siento que el Gobierno no está haciendo nada. Tendría que poner más guarderías para que las madres de la calle tengan donde dejar a sus hijos. La guardería donde lo tengo ahora al mío no es del Gobierno, es de la Sociedad Protectora del Niño, y ahí se paga.

Jennifer: Al gobierno no le interesa el problema de la gente que vive en la calle. Si realmente le interesara habría programas para atenderla. Pero prefieren que anden por ahí todos destruidos, sin salida.

Rosa: El Gobierno dice que ayuda, pero ¿en qué ayuda? ¿Quitándole el niño a una madre que anda por ahí drogándose? Eso no es ayudar. Más bien, así dañan a la madre. Una, sin su hijo, más ganas de drogarse le dan todavía. Y hasta quizá va a ir a robar. El Gobierno no piensa nunca en la población de la calle; la única respuesta que nos da es venir a golpearnos. En vez de programas para rehabilitarnos nos manda la policía. Y la policía está para molestarnos, solamente. Nos inventa cargos, nos golpea, nos maltrata, nos pone droga para hacernos pasar por delincuentes.

Muchas veces la policía nos agarra diciendo que somos los vendedores de droga, pero eso no es así. Los narcotraficantes están en su negocio y nosotros, los de la calle, no tenemos nada que ver con ellos. Ellos tienen un alto nivel, y nosotros no tenemos nada.

¿De dónde vamos a sacar, nosotros, los de la calle? Nosotros, en la calle, vivimos de lo que la gente nos da, de lo que vendemos. Pero los narcotraficantes son los que más ganan. Nosotros sólo somos consumidores, que les compramos a ellos en todo caso, pero no tenemos nada que ver con ellos.

Argenpress: ¿Qué le dirían a un padre para que una hija o hijo no termine saliéndose a vivir en la calle? ¿Qué mensaje mandarían respecto a este problema?

Rosa: Lo más importante es que los padres traten bien a sus hijas o hijos, que no los golpeen, que no les griten, que los cuiden mucho. No hay que confiárselos a nadie, sólo uno tiene que criarlos, porque nunca se sabe cómo los puede tratar otra persona.

Puede haber abusos sexuales por parte de algún familiar, por eso hay que andarse con mucho cuidado. Hay que aconsejarlos mucho, hablarles de lo que es la droga, explicarles por qué eso es malo.

Jennifer: Yo pienso lo mismo: que para que una niña o un niño no se vaya a la calle los padres no deben tratarlo mal. No deben golpearlo, no deben abusar nunca de ellos, tratarlos sin violencia.

08/MC/GG

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