Es tan obvia y tan velada la intersección entre la violencia hacia las mujeres y el VIH en el mundo, que aumenta el miedo y el estigma, que evita que las mujeres busquen ayuda o la reciban, un tema al que activistas, académicas y gobiernos han apostado dedicar tiempo y recursos durante los próximos tres años.
Esta tarde, en el inicio de la XVII Conferencia Internacional sobre SIDA, se impulsa un diálogo global que esta tarde encabezaron la directora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), Inés Alberdi y la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Thoraya Obaid.
Actualmente se sabe, de acuerdo con una serie de estudios internacionales, que el riesgo de contraer VIH es significativamente más alto en las mujeres que han vivido violencia.
Y tanto la ONU, como las ONG locales alrededor del mundo, saben también que donde hay estigma y discriminación en contra de las personas que viven con VIH el temor de las mujeres a revelar que son seropositivas las aleja de los servicios que podrían darles acceso a tratamiento y consejería.
La sesión satélite organizada en el Centro Banamex por UNIFEM-UNFPA, con la presencia de Víctor Ortiz, investigador de El Colegio de Michoacán y Mary Ellsberg, de la organización internacional PATH, entre otros panelistas tuvo como objetivo recordar a las y los delegados de la Conferencia que la violencia contra las mujeres es causa y consecuencia del VIH, y uno de los principales factores asociados al acelerado proceso de feminización de la pandemia.
Previamente una veintena de mujeres y hombres provenientes de India, Nepal, República Dominicana, Botswana, Nigeria, Tailandia y Trinidad y Tobago se reunieron en la Ciudad de México, como parte de los proyectos apoyados por el Fondo de las Naciones Unidas contra la Violencia hacia las Mujeres y UNIFEM para profundizar sobre los retos para atacar al VIH y la violencia de género desde la misma mirada.
En el Segundo Taller de Programas y Evaluación sobre la Intersección de Violencia hacia las Mujeres y VIH/Sida las organizaciones participantes expresaron que se requiere llegar al fondo de algunas de las actitudes y valores sociales más escondidos en cada cultura.
Implica, investigación como es el caso del proyecto del Centro de Estudios sobre Género y Desarrollo que explora mecanismos y significados sociales del incesto o el abuso sexual infantil.
Y también implica, concientizar a las mujeres, de cualquier latitud o grupo social, sobre sus derechos humanos fundamentales y darles las herramientas para buscar apoyo legal o servicios de salud para salvar sus vidas ante el VIH, la violencia o ambas.
En la India, la organización Breakthrough apostó por hacer este trabajo por todos los medios de comunicación, al igual que la organización Equal Access en Nepal que en docudramas abre dilemas personales a sus radioescuchas.
En la República Dominicana, la Colectiva Mujer y Salud impulsa una estrategia en la frontera dominicano-haitiano. El reto es hallar el efecto de la relación VIH y violencia hacia las mujeres, entrecruzado con otras barreras como son ser migrante o pertenecer a un grupo étnico discriminado. Y, luego, convencer a las autoridades de enfoques incluyentes.
Un reto similar enfrentan en Botswana el Ministerio de Trabajo y Hogar, y en Nigeria el Centro de Desarrollo de Recursos Civiles y de Documentación (Cendoc) para que las mujeres demanden más servicios de salud o legales y empiezan por «luchas con los sistemas y estructuras inadecuados» o con planes oficiales que no se lleven a cabo, como explica Oby Nwangkwo, directora ejecutiva de la organización.
08/MR/CV