Los factores de riesgo que enfrentan las mujeres con compañeros sexuales, por la violencia sexual, se convierten en riesgo para adquirir el VIH, afirmó Claudia García Moreno, médica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), jefa de investigación en violencia contra las mujeres, quien además ha sido el motor para estudiar el fenómeno de la violencia en varios países.
Afirmó lo anterior durante su participación en la conferencia «Violencia de género y sexualidad», dentro de la XVII Conferencia Internacional sobre SIDA, que se lleva a cabo en esta ciudad.
García Moreno argumentó también que la pobreza y la falta de igualdad tienen un impacto en los tipos de relaciones, aparte del uso de alcohol y sustancias, que se constituyen en un riesgo adicional para las víctimas.
La experta en temas de violencia señaló que se puede prevenir esta situación en varios niveles: en la sociedad y los problemas en general; en la comunidad, por el acceso a los servicios, y en las decisiones de los individuos.
«A todos ellos hay que llegarles con campañas de conciencia diferentes, dado que en la comunidad no han analizado la pandemia del VIH a profundidad. Y, si se pretende lograr un cambio, se debe empezar a trabajar por sensibilizar a los hombres y a los niños», sentenció la médica.
A nivel comunitario, dependiendo de la problemática de dichas comunidades, se deben crear estrategias para cambios en la igualdad de género, y las campañas de conocimiento y de formación públicas también son necesarias.
TRES PANDEMIAS
Por su parte, Bufandi Kamala Kumadri, de Sudáfrica, quien integra una comisión sobre sexualidad en esa nación, afirmó que la participación y sensibilización de los hombres es importante si se quiere hacer un abordaje integral del problema del VIH.
Kamala declaró que existen tres pandemias en su país: la pobreza, el VIH y la violencia por la inequidad de género, lo que lo llevó a analizar este último problema y enfocarse en los hombres y en los niños.
El exponente comentó que hicieron una encuesta entre mil hombres sudafricanos, a quienes consultaron su opinión sobre la violencia de género. La reacción de la mayoría de encuestados fue de enojo y de repudio, argumentando que no la apoyaban y que era necesario que fuera eliminada.
Sin embargo, las respuestas a una segunda pregunta fue contradictoria con las primeras, debido a que contestaron que el gobierno estaba haciendo «demasiado» y que se sienten lesionados por toda la legislación que se ha aprobado a favor de las mujeres para eliminar la violencia doméstica.
Les preguntaron también cómo contribuirían para ayudar a eliminar ese fenómeno y la mayoría dijo que sí les gustaría hacerlo pero que no sabían cómo ayudar cuando se enteraban que algún amigo o familiar se encontraba en esta situación.
Quiere decir, argumentó Kamala, que los hombres sí quieren intervenir pero no saben qué hacer. «Un hombre puede cambiar, pero hay mucho trabajo por realizar», señaló el experto.
Otra conferencista de Sudáfrica, que prefirió mantener su anonimato expuso que las mujeres viven en un miedo constante y no quieren hablar sobre las diferentes formas de violencia que experimentan en su país. Las personas transexuales y lesbianas son perseguidas en Zimbawe y al sur de África, se les ataca, las asesinan y no existen políticas que las protejan, «de manera que puedo afirmar que se ha criminalizado la sexualidad», finalizó.
08/DG/GG