A lo largo de la historia, las mujeres y las niñas han logrado vencer las limitaciones que afectan su acceso al deporte. Ausentes en los primeros Juegos Olímpicos, celebrados en Atenas en 1896, ahora en Beijing 2008 forman parte de las y los protagonistas de las Olimpiadas.
La División para el Adelanto de la Mujer (DAW) de la Organización de las Naciones Unidas, señala que las primeras 19 mujeres se integraron a las Olimpiadas, en 1900 en París, participaron sólo tres deportes: tenis, golf y croquet. Cuatro años más tarde compitieron en tiro con arco.
En Atenas 2004 implantaron un récord histórico de participación por género, pues representaron más del 40 por ciento de los atletas. Tal progreso se ha visto estimulado por las propias atletas y las organizaciones de la sociedad civil que han defendido la igualdad entre los géneros en el deporte y han tratado de abordar las múltiples barreras físicas y sociales que traban la participación plena de las mujeres y las niñas.
El camino para las mujeres no ha sido fácil, por ello en 1921, se creó la Federación Internacional Deportiva Femenina (FIDF) para poner fin a esa discriminación. La FIDF organizó unos Juegos Mundiales Femeninos en Goteborg y París, con lo cual el Comité Olímpico Internacional terminó por rendirse.
En un recuento del portal Mujereshoy, se informa que para 1928 en Ámsterdam, iniciaron los verdaderos Juegos Olímpicos de las mujeres con cerca de 300 deportistas, casi el 10 por ciento del total de los atletas. Ya para 1976, el 20 por ciento de competidores fueron mujeres, 25 por ciento en 1988 y 35 por ciento en Atlanta.
En Sidney la progresión continuó y en Atenas 2004 las mujeres representaron el 40 por ciento, hoy no se tiene las cifras exactas de las mujeres que participan en Beijing 2008, pero es probable que sea similar o superior a las de Atenas.
INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
El documento del organismo de Naciones Unidas indica que la igualdad entre los géneros en el deporte también se aborda por diferentes órganos.
En la Carta Olímpica se estipula que «toda forma de discriminación con respecto a un país o una persona, ya sea por razones raciales, religiosas, políticas, sexo u otras es incompatible con la pertenencia al Movimiento Olímpico».
Para 1992 se creó el Comité Atlanta, para luchar contra la discriminación hacia las mujeres en el deporte y, en particular, en los Juegos Olímpicos. Forma parte de la Liga de Derecho Internacional de Mujeres, instancia que reclama, basándose en los Principios Fundamentales de la Carta Olímpica, la prohibición de participar en los Juegos a toda delegación que excluya la presencia femenina.
En mayo 1994 se realizó la Primera Conferencia Internacional sobre la Mujer y el Deporte, de la cual surgió la Declaración de Brighton sobre la Mujer y el Deporte, en la cual se insta, entre otras cosas: a la creación de instalaciones deportivas que satisfagan las necesidades de las mujeres, incrementar el número de ellas en los puestos de entrenador, consejero y decidor en el deporte.
Así como la incorporación de la promoción de la igualdad entre los géneros y el ejercicio compartido de buenas prácticas a las políticas y a los programas gubernamentales y no gubernamentales sobre la mujer y el deporte, entre otras.
La Declaración de Brighton enfatiza en que las mujeres están sensiblemente sub representadas en las funciones de director, entrenador y juez, especialmente a los niveles más altos. «Mientras que no haya mujeres que dirijan, decidan o sirvan de modelo dentro del deporte, no habrá igualdad de oportunidades para las mujeres y chicas».
Las experiencias, los valores y las opiniones de las mujeres pueden enriquecer, realzar y desarrollar el deporte. Igualmente, la participación al deporte puede enriquecer, realzar y desarrollar la vida de cada mujer.
La DAW señala que en 2005 la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó la recomendación 1701 sobre la discriminación de las mujeres y las niñas en el deporte, la cual insta al Comité de Ministros a promover el deporte femenino y a promover su participación; garantizar la igualdad en cuanto a sueldos, bonificaciones y dotación de los premios.
Así como a asegurar que las mujeres desempeñen un papel mayor en la dirección de los órganos y las organizaciones deportivas, además de que insta a combatir el abuso sexual con relación al deporte.
Durante los últimos años se ha visto un aumento en la participación femenina en el deporte y en las oportunidades para que participen en competiciones nacionales e internacionales. Sin embargo las mujeres no han llegado a disfrutar de una mayor representación en puestos de decisión y dirección del deporte, señala La Declaración de Brighton.
08/GT/GG/CV