Como un proceso alquímico de transfiguración de la materia o como un sol girando alrededor de un mar luminoso son algunas de las maneras como definen, quienes lo han practicado, «el despertar de la conciencia» de Pol Pelletier.
Pelletier es una actriz canadiense con más de 30 años de experiencia profesional como autora, directora, profesora y teórica, cofundadora y codirectora de dos compañías que han marcado la historia del teatro en Québec: Teatro Experimental de Montreal (1975-1979) y Teatro Experimental de las Mujeres (1979-1985).
Pelletier ha desarrollado lo que llama un «arte sanador» mediante el método Dojo, el cual dio a conocer en nuestro país en enero del 2007 –y en su regreso a México a principios de este año– en una serie de talleres que título «Sobre la presencia» que impartió a estudiantes de teatro, actores, instructores corporales y público general en distintos foros de la Ciudad de México (Cimacnoticias, 15 julio 2008).
El despertar de la conciencia forma parte de este arte sanador de Pol, pero ¿qué es este estado de despertar? y ¿cuál es su diferencia con un estado normal?
Según Pelletier, quien canta, baila y actúa en cuatro idiomas, existen tres características que nos permiten diferenciar uno de otro estado.
Una primera en un estado normal es que la alerta, la atención, la energía, está dirigida hacia fuera: «Está afuera, vigilando el territorio. «Todo esto se basa en miedo. ¿Qué está pasando? ¿Quién está afuera? ¿Estoy seguro? ¿Esto está bien? ¿Debí o no debí hacer eso? Una gran cantidad de agitación, afuera, afuera, afuera», señala.
La segunda es el cuerpo que «está como adormecido, no muy presente. Está muy sensitivo y no es sutil». Y la tercera es la mente que se encuentra «muy, muy ocupada».
El estado alterado, el estado de despertar, es el exacto opuesto de esto.
Para que el cuerpo pueda estar en este otro estado, explica Pelletier, el primer paso es «poner toda la energía y la consciencia adentro. Esto es muy difícil de hacer. ¿No checar el territorio? Es una verdadera disciplina».
Lo segundo, «el cuerpo tiene que volverse como un niño. Tiene que estar extremadamente sensitivo, poroso, perceptivo. Las cosas fluyen hacia adentro y hacia fuera de él todo el tiempo. Y por supuesto que toma tiempo, con todas las defensas establecidas ahí. Confiar lleva tiempo».
Y el tercer paso tiene que ver con la mente y «trabajar con estados meditativos, volverte consciente. Es un entrenamiento en la toma de consciencia, en el despertar. De manera que alcanzas un estado donde hay más y más silencio. De manera tal que cuando haces algo es total. Esta nube, la agitación, la preocupación y los cálculos no lo obscurecen. Y la magia sucede.
De ahí que uno de los ejes centrales del trabajo de la «presencia» que Pelletier propone en sus talleres es la meditación dinámica, técnica de meditación diseñada por Osho, que moviliza todo el cuerpo y provoca una poderosa limpieza física, mental y emocional.
Se trata de «una forma extraordinaria de iniciar el taller cada mañana, creando un nivel de vibración que prepara a la persona para la intensa vivencia del resto del día».
En los últimos años, Pol ha empezado a incluir en cada uno de sus talleres rituales y experiencias de purificación: acompañada de tambores en vivo, crea un tiempo-espacio sagrado en el que mujeres y hombres participantes contactan la energía sutil.
Apoyada en su enorme experiencia, en su sensibilidad y en su capacidad de resonar con el grupo, Pol genera espontáneamente oportunidades de sanar aquellos aspectos que limitan nuestra presencia y capacidad de desarrollo. Aquellos que hemos asistido a los talleres Dojo compartimos experiencias sublimes de esta naturaleza, se explica en su página Web.
Los comentarios de quienes han participado ilustran esta experiencia.
«¿Qué palabras pueden traducir esta presencia, y el efecto inmediato, magnético sobre el espectador, de los primeros momentos, las primeras miradas? …. Todo su ser parecía emitir luz y vibraciones», dice Pierre Lavoie, de Cahiers de théâtre Jeu.
Para Marie-Christine Lesage, también de Jeu, «Este estado de despertar de la consciencia que Pol Pelletier transmite al espectador… A través de la calidad de su Presencia, hace palpable este estado radiante del Ser».
Y Jean St-Hilaire, del circo Le Soleil, la define como «un salto hacia el sol».
Por último, como artista y practicante del «estado del despertar» –una forma de meditación– Pol señala que «la vibración y luminosidad tanto de la vida como de la escena emergen de una misma fuente, posible de contactar gracias a un profundo proceso de movilización, reconocimiento y recuperación del potencial que existe en cada uno de nosotros y en la colectividad a la cual pertenecemos».
* Periodista mexicana, narradora oral, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt, instructora asociada de Tao Curativo (www.taocurativomexico.com)
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