La igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres en la sociedad chilena ha sido una de las principales preocupaciones de la presidenta Michelle Bachelet, quien tiene ocho ministras en su gabinete, informa Jorge Luna en el Especial de Prensa Latina Mujeres del Tercer Milenio.
No sólo por el hecho de haber sido la primera mujer suramericana en asumir la presidencia del país, sino porque su programa de Gobierno contempla varias medidas en ese sentido, pese a la frecuente obstaculización del Parlamento.
En realidad, la discriminación contra ellas se manifiesta de muchas maneras, hasta llegar al extremo más noticioso del feminicidio, ya que una chilena es asesinada cada cinco días, según la ministra Laura Albornoz, del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam).
En lo que va del 2008, hubo 48 feminicidios, mientras en el 2007 se registraron 62 casos.
El Sernam acaba de lanzar una fuerte campaña contra la violencia familiar, puesto que –según datos oficiales– casi la mitad de las chilenas reconoce haber sufrido episodios de violencia durante su vida, el 90 por ciento ejercida por sus parejas o ex-parejas.
Pero, más allá del feminicidio y la violencia, persisten numerosas muestras de discriminación sexual heredadas del pasado, que la presidenta Bachelet viene denunciando sistemáticamente como machismo puro y duro. Hemos corrido el cerco –dijo recientemente– en el sentido que las mujeres sienten que en este país no hay veto y que, si tienen los talentos, las capacidades y los méritos, van a poder hacer más cosas que a lo mejor en el pasado no eran factibles.
No obstante, reconoció: tenemos que seguir oponiéndonos a todas las formas de discriminación a la mujer, desde las más desembozadas hasta las más encubiertas.
Y, en ese sentido, espera la pronta aprobación parlamentaria de la llamada Ley de Brecha Salarial, la cual dispone igualar el salario de las mujeres que realizan el mismo trabajo que los hombres, aún no logrado en Chile.
Organismos internacionales estiman que las chilenas apenas superan el 40 por ciento de participación laboral (una de las tasas más bajas de Latinoamérica).
No hemos acabado con las brechas de ingreso entre hombres y mujeres; ellas siguen siendo minoría en los cargos de representación popular o en las directivas de los partidos políticos. Siguen siendo minoría en la empresa, en los sindicatos y en las organizaciones gremiales, precisó Bachelet.
Entre otras medidas, también se encuentra en trámite parlamentario un proyecto que busca prevenir, reprimir y sancionar la Trata de Personas, especialmente de mujeres y niños, firmado por Chile en Italia en 2002 y ratificado en 2004, pero aún no tipificado en la legislación penal nacional.
En este ambiente, hace unos días concluyó en Santiago la XXXIV Asamblea de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), que eligió como nueva presidenta a la ministra Albornoz, enreemplazo de Jacqui Quinn-Leandro, ministra del Trabajo de Antigua y Barbuda.
Al asumir el cargo, Albornoz destacó hacerlo en la idea de difundir la capacidad y experiencia que envuelve la gestión de la presidenta Michelle Bachelet.
Reafirmó asimismo el compromiso de avanzar en toda la región en la lucha por reivindicar los derechos de la mujer y superar las situaciones de desigualdad que nos afectan.
La Asamblea de la CIM, dependiente de la OEA, logró 14 acuerdos incluida la idea de contar con una carta de navegación para los próximos dos años, y fue seguida por la III Reunión de Ministras o Autoridades del Más Alto Nivel, responsables de las Políticas de la Mujer de los Estados Miembros (Remim).
Los acuerdos de la Remim serán sometidos a la V Cumbre de las Américas, que se realizará en abril del 2009 en Trinidad y Tobago.
En ambos escenarios, Albornoz exhortó a seguir luchando por el derecho de las mujeres, adolescentes y niñas en un continente que aún busca consolidar la paz, profundizar la democracia y fructificar la justicia social.
Recordó asimismo los documentos aprobados en el sentido de impulsar la adopción de medidas para que los Mecanismos Nacionales de la Mujer existentes cuenten con los presupuestos y la autonomía institucional para cumplir su labor, otorgándoles autoridad para orientar, hacer seguimiento y evaluar políticas públicas de género.
La reunión, inaugurada por Bachelet, abarcó también medidas sobre la violencia basada en el género, el SIDA, la trata de mujeres y niños, género y justicia, el cambio climático y los desastres naturales, finaliza el Especial de Prensa Latina Mujeres del Tercer Milenio.
08/GG