Te deja sin habla, te indigna, pero, al mismo tiempo, te obliga a no quedarte con los brazos cruzados. Se trata de lo sucedido a la compañera periodista Carmen Santiago Hernández quien, hospitalizada en la Ciudad de México, se encuentra en estado grave, con dos traumatismos craneoencefálicos, un edema que le provocó infarto cerebral e inflamación del cerebro, con desprendimiento de membrana.
Lo de Carmen no es distinto a lo sufrido por otra de las nuestras en Bhutan. Como informa el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) en un comunicado, hacen falta recursos económicos para hacer frente a la violencia, a ese veneno que tanto daña.
La historia de la mujer de Bhutan le sucede a otras de las nuestras en una proporción de seis entre diez que sufren o sufrirán experiencias de violencia física y/o sexual por parte de un hombre en algún momento de sus vidas, por lo general, sus esposos o compañeros íntimos. Algunas de ellas terminan muertas.
Lo que le pasó a Carmen y a la mujer de Bhutan se vincula directamente con lo que sobre esta violencia narra UNIFEM:
«Cuando su esposo le pega, lo hace con lo que le quede al alcance de sus manos. Si ella trata de escapar, él le sale al paso lanzándole piedras y cuchillos. Y cuando, por fin, logra atraparla, la golpea brutalmente frente a todo el mundo. Ella se casó a la edad de 13 por consejo de su abuela, porque se vio como una manera de que así escaparía y estaría fuera del abuso que su propio padre y la madrastra cometían en su contra, sólo que, ahora, es el esposo el que la lastima».
UNIFEM sabe muy bien de esa epidemia, de ese veneno. De la violencia que se ejerce contra las mujeres en todo el mundo.
Es por ello que lanza una campaña de donación. Porque la pandemia mundial de violencia contra mujeres y niñas es de proporciones alarmantes. Sucede en cada país en el mundo, sin importar edad, raza, cultura o riqueza.
Reitera lo tantas veces dicho: sucede en los hogares, en las calles, en las escuelas, en los centros de trabajo, en las laderas de las granjas, en campos para refugiadas, en tiempos de guerra y conflicto.
Y es precisamente en este momento de crisis financiera global cuando, ciertamente, las mujeres y las niñas están en mayor riesgo de abuso, violencia y explotación.
Desde la fundación de United Nations Trust Fund to End Violence against Women, en 1996, se ha ayudado a un sinnúmero de mujeres y comunidades alrededor del mundo, a fin de eliminar ese flagelo de violencia perversa.
En este momento, la fundación ha recibido mil 600 propuestas de todo el mundo, pero desafortunadamente no cuenta con fondos suficientes para darles la atención que ameritan, pues sólo cuenta con nueve millones de dólares, ni la mitad de lo logrado el año pasado: 22 millones de dólares.
Este organismo internacional insiste en que es necesaria y urgente una fusión y exhorta a realizar una donación, por mínina que sea. Todo para asegurar que las mujeres y niñas que están en riesgo no sean olvidadas. La violencia que se ejerce contra ellas es hoy una situación que motiva el anterior llamado de emergencia.
La meta de UNIFEM es conseguir los 18 millones de dólares restantes, a fin de tener recursos para combatir ese veneno de la violencia contra la mujer.
DESTITUYEN A DIPLOMÁTICO POR ACOSO SEXUAL
Perú aporta una muestra más del veneno de la violencia. La semana pasada la agencia de Noticias AP informó que el Gobierno mexicano ordenó finalizar la misión del capitán Raúl Esparza Santiago, quien fungía como agregado naval de la embajada de México en el país sudamericano porque, en estado de ebriedad, golpeó a una mujer en un restaurante.
La titular del ministerio peruano de la Mujer y Desarrollo, Nidia Vilchez, informó a Radio Programas de Perú (RPP) que la cancillería formalizó el pedido contra el agregado naval de la legación mexicana.
Según los medios locales, el diplomático dio una bofetada y un puñetazo en el rostro a la abogada peruana Úrsula Silva, porque ésta le reclamó que hubiera intentado tocarla.
La abogada, que estaba con tres amigas, denunció la agresión y el funcionario mexicano fue conducido a una comisaría, pero no se le practicó la prueba de alcoholemia porque, argumentó, gozaba de inmunidad diplomática.
Al respecto, el canciller peruano José García Belaunde aseveró que el agregado no puede escudarse en su condición de diplomático para evadir las investigaciones. El caso continúa su curso legal.
LA VIOLACIÓN, ARMA DE GUERRA
Desde los inicios de la guerra en la República Democrática del Congo, en 1998, decenas de miles de mujeres y niñas han sido violentadas sexualmente, y muchas de ellas han marchado en Kinshasa, en protesta porque la violación sexual es un arma de guerra.
Grupos humanitarios apuntan que entre 400 y mil casos de violencia sexual ocurrieron tan sólo en los primeros tres meses del presente mes. Mientras, la Organización de las Naciones Unidas señala que durante todo el periodo de guerra se tuvo noticia de cerca de 200 mil casos de violaciones sexuales en ese país sudafricano.
La violencia contra las mujeres, México, Perú, Congo, Bhutan…
* Periodista y feminista mexicana. Corresponsal de Cimacnoticias en Nueva York.
09/LPB /LG/GG
